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Visitas, nieve y cervezas fuertes

Qué mes más ocupado que fue noviembre desde el punto de vista cervecero. En días consecutivos recibí las visitas de Gunnar y su hermano desde Noruega y Catador y su Polola desde Chile. Con los primeros, fuimos a almorzar a Chýně, donde probamos todo lo que estaban tirando ese día, incluyendo la brillante 15%. Con los segundos estuvimos en Zlý Časy y U Medvídku, donde pude degustar la más reciente partida de la X33, maravillosa. Ambas visitas me trajeron cervezas, de las cuales estaré hablando pronto.

A la semana siguiente tuve la fiesta de SPP. Si no fuese porque no es comercializada, la ganadora sin lugar a duda sería la Budvar tirada directamente del tanque de reposo. Claro que la impresionante Podzimní Speciál de Pivovar Strahov no se quedó del todo atrás. Tremenda, mucho mejor que la versión del año anterior. Ya estoy contando los días para su especial de navidad.

El mes lo cerró la visita de Boak & Bailey. Con Evan y Velký Al nos encontramos con ellos en Pivovarský Klub, que fue el punto de partida de una larga velada que nos llevó a U Slovanské Lipi y Zlý Časy. La pasamos genial, tomamos mucha cerveza de la bien buena, nos reímos, charlamos, en fin, un excelente momento con gente amiga.

Justamente con ellos, en U Slovanské Lipi que pude volver a tomar después de varios meses la fantástica Kout 12% kvasnicové, una cerveza que no tiene desperdicio. También la Tmavé 14%, de la cual no tomé notas, pero que estuvo muy buena, sí que se los juro. Aunque creo que la sorpresa allí fue la 10%, que estaba tan sabrosa, que todos nos creímos que era una 12%

Entre tanto ajetreo hubo otras cervezas dignas de ser mencionadas. Hukvaldý 14% Polotmavé, una cerveza que parecía casi como estar comiendo un bizcochuelo de naranja casero, casi se podía masticar. También la Chýně 17%, otra que me pareció mucho más rica que el año pasado y la Ale de Richter, otra sobre la cual no tomé notas, pero que me gustó mucho.

El premio ya se lo iba a dar a la potente Kout 18%, una cerveza de invierno como debe ser. Sabrosa, fuerte, con buen cuerpo y el suficiente ABV como para hacer que uno entre un poco en calor. Sin embargo, revisando mis notas me encuentro que también había pasado por mi paladar la Javorický Speciál de Horní Dubenky, esa pequeña cervecería casera que puede que este a punto de convertirse en una operación comercial más seria. De color bronce, con aromas a flores, cítricos, hierbas y caramelo y sabores que me recordaron a bananas acarameladas y en deliciosamente contrastante final seco. No sé cual elegir. Me gustaría poder sentarme a tomar las dos, o todas las arriba mencionadas, en una tarde....

Na Zdraví!!

Durante el mes de noviembre pude degustar 30 cervezas distintas. El total es de 340, no creo que llegue a las 400, pero sí es muy posible que llegue a las 366, o sea, una por día.

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