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Mostrando las entradas de noviembre, 2012

Lo que dejó la charla

Un proyecto en el que estoy colaborando me llevó el otro día a Nota Bene porque tenía que arreglar algo con uno de los dueños. Al final nos quedamos charlando casi por una hora. El tipo me contó un poco sobre su historia cervecera, en cierto modo, bastante parecida a la mía. Era un fan de Pilsner Urquell hasta que tuvo lo que podría llamarse una epifanía que lo llevó a explorar más a fondo el mundo de la birra, no hubo vuelta atrás. Me contó también sobre el restaurante que supo tener en Malá Strana, bastante popular con turistas españoles, que de un día para otro se vio obligado a cerrar. Para ese entonces ya estaba pensando en embarcarse en algo nuevo y diferente, y la idea de Nota Bene empezó a tomar algo de forma. Ya estaba bastante metido en el tema cervecero, estaba muy entusiasmado con Matuška, Kocour, etc. y pensó que serían un muy buen ingrediente para el concepto general del restaurante. El resultado ha sido todo un éxito. Hoy, sin reservas, hay muy pocas, si es que alguna,

Macro cultura

En la versión en inglés de la entrada del otro día sobre el nuevo modelo de catas , Jeff, de Beervana me sugirió elaborar un poco mas sobre esta idea "...  el marketing de muchas de las macro marcas tiene una relación más realista con la cultura cervecera que el de las micro marcas. ". Y, como no tengo nada mejor que hacer, he aquí lo que pienso: El marketing macro cervecero ha sido criticado, entre otras cosas, por ser superficial, tonto, chato, por vender marcas y no cerveza, etc. Se dice también que no suele hablar de la cerveza porque lo que venden es mierda y no quieren que la gente se ponga a pensar demasiado en ello. Falsa lógica. Las grandes empresas cerveceras venden un producto de consumo masivo y su marketing, por ende, tiene que hablarle al espectro más amplio del mercado. El discurso marketinero, entonces, no suele girar en torno a ingredientes, procesos, características sensoriales, etc. porque no sería más que un derroche de recursos ya que a la mayoría de

Pensamientos de viernes

Ando algo quebrado estos días, lo cual ha resultado en una significativa reducción de mis visitas a pubs, ni hablar de Pivotéky, lo cual, a su vez, a resultado en mi adopción de un enfoque más budista hacia la cerveza. Por ejemplo, sigo lo que Pivnici han estado publicando sobre las cervezas que han estado tomando y los lugares a los que han ido y no estoy sufriendo por ello. Sé que mi actual situación financiera no me permitiría casi nada the so y lo he aceptado. Disfruto de las cervezas que sí puedo comprar y atesoro cada birra que puedo tomar en mis escasas visitas a alguna hospoda, o cuando alguien me invita alguna, quizás más, en algún modo, de lo habitual. ¡Se siente bien! Puede que me acercando al Pivní Nirvana. Na Zdraví!

Pragmatismo

Una serie de eventos desafortunados resultaron en que no me sea posible ir a comprar el cajón semanal antes del fin de semana y me quedé sin cerveza. ¿Lo pueden creer? ¡Me quedé sin birra! En serio. Bueno, en realidad, no del todo, todavía quedaban unas botellas en mi "bodega", pero todas tenían inclinaciones imperiales y sabía que ninguna sería del tipo que tendría ganas de tomar después de haber terminado con el trabajo que tenía que hacer. ¡Horrible laburo! En serio, tuve que transcribir grabaciones de audio que no eran más que canastas llenas de pelotudeces. Retiro lo dicho, no eran canastas llenas de pelotudeces, ¡eran contenedores marítimos llenos de pelotudeces! Sabía que iba a necesitar una birra simple, sin complicaciones ni pretensiones para tomar al final del día. Si viviese en Praga, esto no sería problema. Solo bastaría con ir a la hospoda más cercana y dejar que me traigan un par. El problema es que no vivo en Praga, vivo en lo que los checos llaman una  s

Un nuevo modelo

Esta corta, pero muy clara entrada del Reluctant Scooper me hizo acordar de algo que me venía dando vueltas por la cabeza desde la primera y la segunda crítica que hice a las catas y degustaciones, que en su momento hasta me hizo dudar de la existencia de la "Cultura Cervecera". Bueno, ahora estoy convencido, la cultura cervecera sí existe y es más o menos lo que definí en su momento . Pero la cultura cervecera no es algo autónomo o independiente, es parte integral de algo más amplio. Sí, es cierto que, al ser la cerveza un bien de consumo, su cultura, es decir, la relación que el consumidor tiene con la bebida, está en cierta medida moldeada por el marketing, es decir, el modo en el que los productores de cerveza buscan que el consumidor vea el producto, se relacione con él y lo consuma. Pero el marketing cervecero, en sí mismo, está también a menudo moldeado por los hábitos, tradiciones y cultura locales (ahora que lo pienso, el marketing de muchas de las macro marcas

¿Extinción? Sí, claro.

El otro día me encontré con un artículo sobre un muy interesante proyecto llamado el Cluster Cervecero . Básicamente, se trata de dos elaboradores, Alex Padró, de Llúpols i Llevats , y Gabriel Fort, de la marca homónima , trabajando en un mismo edificio, cada uno con sus propios equipos. A ellos se les suma Steve Huxley, responsable de la Steve's Beer Academy y elaborador de su propia línea de cervezas . Además de elaborar sus respectivos productos y dar cursos, estos tres cerveceros trabajan en proyectos conjuntos. Todo muy interesante, todo venía muy bien hasta que leí esto: "la buena cerveza a punto estuvo de (...) extinguirse (...) a mediados del siglo pasado. Los años de la sed ¿Lo qué? ¡Esta sí que es nueva para mí! Por suerte está Huxley para explicarlo todo (bueno, más o menos): "...Los 13 años de la ley seca de Estados Unidos tuvieron al final una repercusión mundial. Finalizada la prohibición en 1933, las grandes empresas coparon el mercado con cervezas de

Cortas vacaciones

Con mi familia nos tomamos unas más que merecidas vacaciones de cuatro días en Liberec. Mi mujer había reservado una estadía en el Hotel Babylon , más que nada para que nuestra hija pueda disfrutar algunas de las muchas atracciones que tiene ese enorme complejo (tengo que confesar que en el parque acuático la pasé bomba yo también). Antes de irnos había pedido mis seguidores en Facebook y Twitter que me recomienden lugares donde ir a tomar buena birra en Liberec. Un par de recomendaciones llegaron, los lugares tenían linda pinta, pero al final no fui a ninguno. Estoy casi seguro que la habría pasado bien en esos boliches, pero no parecían ser del tipo del lugar en donde mi mujer y mi hija también la pasarían bien y estas eran unas vacaciones en familia y quería dedicarle todo mi tiempo a ellas. Pivní Filosof se quedó en casa mirando porno o documentales sobre las maravillas de la naturaleza, o lo que sea que el tipo este hace cuando no se está emborrachando. ¿Y saben qué? Cervecer

Otros 3 boliches nuevos

Al ritmo que en Praga se están abriendo tabernas nuevas, si quisiese reseñarlas a todas, necesitaría hacer de esto un laburo full-time. Como no creo que tal cosa suceda en un futuro cercano (o lejano, aunque estoy abierto a eventuales ofertas), estoy obligado a arreglármelas lo mejor posible con mis algo limitados recursos (tanto en tiempo como en dinero) y ser muy selectivo, confiando más que nada en recomendaciones y comentarios de otros choborras. Es a ellos, entonces, a los que tienen que agradecerles las siguientes reseñas. Bernard Pub Había oído de este boliche en verano. Lo tomé como una buena noticia, hacía rato que quería ver en Praga una hospoda abanderada de Bernard, una de las cervecerías checas más sólidas (más allá de Skanzen, en Karlín). Lamentablemente, la cervecería de Humpolec decidió tomar el camino de Potrefená Husa. No me gustan las cadenas de pubs. Casi sin exepción las sucursales están sobre-diseñadas y carecen de alma. Y es justamente lo que pasa con Be

Pensamientos de Viernes por la Mañana

Como todo lo nuevo que uno aprende, la visita a la maltería de Ferdinand me dejó pensando, en este caso sobre la naturaleza de la llamada "cerveza artesanal". Las maltas de Benešov son un producto innegablemente artesanal. Acá lo que manda es la tradición, la dedicación y la atención por los detalles. Todo lo que sucede durante el proceso tiene su razón de ser y el objetivo es, por encima de todo, la calidad. Una calidad que está respaldada por análisis de laboratorio para cada partida, números y valores con los que no se puede discutir. Para bien o para mal, con la cerveza no es tan fácil. Sí, un análisis de laboratorio será capaz de determinar que A es técnicamente mejor que B, pero como es un producto de consumo de lo que estamos hablando, la calidad subjetiva es la que prevalecerá y esta a menudo no está de acuerdo con la técnica o la ciencia. En cierto modo, esto tiene un efecto sobre la idea de "artesanal" y el eterno debate en torno a ella. Para mí, &