Recibí estas dos cervezas de mi amigo ruso Jegor (es curioso como nos conocimos, en Svijany Pivní Slavnosti de 2007, en donde cruzamos un par de palabras, y ahora nos juntamos a birrear cada vez que se da una vuelta por Praga). Son de Jaws, una micro-cervecería de Ekaterimburg, la mejor de la zona, de acuerdo con él. El otro día abrí la de la derecha. Tomahawk.lgr, más que nada porque a excepción del % de alcohol y el grado Plato, estimo, no había otra información en la etiqueta (o mejor dicho, no había nada que pudiese entender, todo estaba en ruso) y creo que tomar una birra sin saber casi nada de ella puede ser bastante divertido. Sí, ya sé. Podría haberla buscado en internet. Pero en serio, ¿para qué? No tenía ganas de generar expectativas innecesarias, ya tenía la cerveza en la mano, había sido un regalo y la iba a tomar sea lo que sea, así que pensé que sería mejor hacerlo libre de sobrecarga de datos. Saqué un vaso de la alacena, pero dije “a la mierda”, y agarré mi jar
Una exploración de la más divina de las bebidas