Allí estaba el otro día, acercándome al stand que Letající Chroust tenía en el mercado de productores de Jiřího z Poděbrad. Estaba del típico buen humor que se tiene después de haber tomado cinco birras acompañadas de una buena charla en el bar. Mi intención era tomar su Světlý Ležák (los checos creen que como tenemos dos piernas uno no debería tomar en números impares y yo no soy quien para desafiar la sabiduría popular). Mientras las chica en el stand la servía (buena birra, a propósito), me llamó la atención una botella de Černé Cucu , una Barley Wine con casis que Letající Chroust elaboró junto con Pivovar Zichovec , y le dije a la chica que me dé una. Es posible que mi corazón se haya salteado medio latido cuando la chica me dijo el precio, 180 CZK, pero estaba del típico buen humor que se tiene después de haber tomado cinco birras acompañadas de una buena charla en el bar y me la llevé (a la botella, no la chica). Sin embargo, en el camino a casa, me preguntaba si no era dema
Una exploración de la más divina de las bebidas