Ayer, mientras tomaba la cerveza argentina Grosa (regalo de mi buen amigo el Guerrillero Culinario ), me acordé de lo que Boak and Bailey pregutanban el otro día sobre balance . Lamentablemente, muchas veces esta palabra se asocia con "aburrido", a pesar de que no solo hay cervezas balanceadas que son aburridas, sino que también hay cervezas desbalanceadas que lo son. Me refiero a aquellas que explotan al primer sorbo y después se les acaba todo el libreto (a menudo suelen ser lo que yo llamo "cervezas de degustación"). La realidad, sin embargo, es que una cerveza balanceada puede ser muy interesante, y hasta divertida para tomar, en especial cuando el balance es más bien tirando a precario. Tal es el ejemplo de Grosa, añejada en barrica de vino y elaborada por Jerome en colaboración con Gustavo Santaolalla , una leyenda de la música argentina, ganador de dos premios Óscar, un Globo de Oro, tres premios Bafta, y elaborador de vinos en su tiempo libre. Al
Una exploración de la más divina de las bebidas