No hay mejor manera de matar unas horas en Praga que hacerse una escapada cervecera. Tal fue el caso el Jueves pasado cuando decidí ir a Pivovar Na Lochkově , que había abierto hace casi un año. Luego de terminar un par de diligencias, fui a Na Knížecí para tomarme el 120 hasta Lochkov. Fue un agradable viaje de media hora por algunas partes de Praga que nunca había explorado (vi un par de boliches interesantes en el camino). Lochkov es uno de esos innumerables pueblos que Praga fagocitó en algún momento del siglo pasado y parece haberse salvado del sobre-desarrollo de localidades similares. A pesar de estar muy cerca de la sección SO del Pražský Okruh, sigue rodeado más que nada de campos y bosquecitos. Habiendo vivida las primeras tres décadas de mi vida en una ciudad en donde hay que manejar más de una hora para ver algo que no paisaje urbano, ir por campos después de unos pocos minutos desde el centro es algo que no deja de fascinarme. El brewpub está prácticamente a la vuelt
Una exploración de la más divina de las bebidas