La noticia que la macro cervecera noruega Hansa ha comprado la mayoría del paquete accionario de Nøgne-Ø ha generado un tanto de alboroto, similar a lo que pasó hace unos años con Goose Island , entre otros. Lo que me pareció fascinante, aunque para nada sorprendente, fue la reacción de no poca gente. Juzgando por algunos de los comentarios, parece que se han visto traicionados, una promesa imaginaria fue rota. Algunos han llegado al punto de acusar a los dueños de Nøgne-Ø de “venderse”; cual adolescentes o modernillos lamentando que esa casi desconocida banda underground que quieren tanto ha decidido permitirle a Nike que use una de sus canciones para un comercial, sólo que es peor. Se puede filosóficamente acusar a un artista de “venderse”, ya que se supone que el arte no se trata de dinero, ¿pero una cervecería? Una cervecería empieza como un negocio, ¡desde el principio se trató de dinero! Hay gente que insiste en diferenciar entre accionistas y dueños de micro-cervecerías, ...
Una exploración de la más divina de las bebidas