Últimamente parece haber una epidemia de catas y degustaciones de cervezas. Creo que no pasa un día sin que lea sobre alguna que se está por llevar a cabo y me han hecho preguntarme si estas catas realmente aportan algo a la Cultura Cervecera, y cuanto más lo pienso, más me parece que no. No estoy hablando acá de las catas que son en realidad la presentación de un elaborador; esas me parecen copadas porque suelen dar la oportunidad de conocer a la gente detrás del producto, lo cual siempre me resulta interesante. Tampoco estoy hablando de las cenas maridaje, ya que las considero un juego culinario en donde la cerveza puede ser tranquilamente reemplazada con cualquier otra bebida y el resultado va a ser escencialmente el mismo, una nueva experiencia sensorial para los participantes. Me refiero a las catas guiadas. Ya he hablado de mamarrachos como este o este , gente que organiza catas o cursos de cata y apreciación con el único objetivo de separar a los incautos de su dinero apro...
Una exploración de la más divina de las bebidas