Mi mujer es de Příbram, y va para allá bastante seguido para visitar al padre y ayudarle con algunas cosas (es bastante mayor y su salud no es la mejor). Yo no. No me gusta para nada esa ciudad y limito mis visitas a dos por año, que son dos más de las que me gustaría. El pasado sábado fue una de esas visitas. Fuimos a celebrar el cumpleaños de mi suegro acompañados del resto de mi familia política. Pero esta vez tenía un plan. Luego de un almuerzo más o menos en un restaurante con un camarero que cometía actos indecibles contra la cerveza, y de comer la torta, le dije a mi mujer que me iba de paseo—a Pivovar Podlesí , justo a las afueras de la ciudad, y a unos 3,5 km de la casa del suegro. Era un día bastante caluroso, pero la caminata, si bien lejos de ser linda, no fue difícil y media hora más tarde estaba parado enfrente del brewpub. Pivovar Podlesí abrió a fines de 2013. Había tomando solo una de sus cervezas, una IPA, que había estado sorprendentemente buena, en especial p...