Como ya lo venimos haciendo desde hace unos años, pasamos las pascuas con parientes en Strakonice . El sábado fuimos a Tábor , una ciudad sin nada de interés cervecero*, pero que igual me gustó mucho. El caso histórico es encantador, lleno de callejones y callejuelas serpenteantes en donde perderse con alegría, y la plaza central es hermosa. El domingo fuimos a Písek , una ciudad bastante linda para una excursión de un día. Era nuestra tercera visita; la primera había sido hace unos años, también en Semana Santa, y la segunda, el año pasado, en verano. Esta vez, lo que nos llevó fue la exhibición permanente en el edificio de la vieja maltería , que me hija tenía muchas ganas de ver. Mientras nos estábamos preparando para salir, me acordé de que el año pasado, en otoño, habían abierto un brewpub y me ofrecí de voluntario para quedarme con Isis, nuestra perra, mientras las chicas iban a la exhibición. Pisecký Hradební Pivovar esá ubicado en un rinconcito perdido cerca de la plaza
Una exploración de la más divina de las bebidas