Cuando alguien hacer algo bien, hay que reconocerlo. Hay que ser justos. Éste es el caso de Pivovary Staropramen. Staropramen es un esclavo del conglomerado internacional InBev, sino el más grande, uno de los más grandes grupos cerveceros del mundo, dueños de muchas de las más populares marcas en muchos países. Como sucede en muchos casos con muchos otros tipos de productos, cuando una multinacional se hace cargo de una empresa exitosa en el marco doméstico, los resultados no son buenos para los consumidores. Pivovary Staropramen en un perfecto ejemplo de esto. Una vez que InBev se hizo cargo, la calidad de las cervezas Staropramen (que nunca fueron consideradas como muy buenas por los conocedores) empezó a decaer. Otras marcas del grupo fueron severamente degradadas, culminando con el cierre de la histórica cervecería Braník, que antaño sabia elaborar buenas cervezas. La devaluación en la calidad de las cerveza Staropramen es algo que he podido experimentar en los cinco años que llevo
Una exploración de la más divina de las bebidas