En estos últimos días he leído más de un blog reproduciendo delcaraciones que denunciaban la "uniformidad" del paisaje cervecero alemán, lo cual me ha hecho recordar que hasta no hace mucho yo me que quejaba de lo mismo en el paisaje checo. Tandlemann hablaba de Schönram , una cervecería rural en Baviera propiedad de un yanki, que se especializa en Pale Ales, Porters, etc. y unos días antes, Stan Hieronymus presentaba TAP X , la nueva especialidad de Schneider. Ambos casos se ponen como prueba de un lento cambio en el "aburrido" mercado alemán. Algo similar, aunque en mucho mayor escala, está sucediendo acá. Pivovar Kocour, Matuška y otros están cada vez más especializados en la elaboración de estilos "exóticos" y en general, con muy buenos resultados tanto en calidad, como en aceptación por parte del público. El relativo éxito de estas cervezas ha motivado a otros a intentar hacer "algo diferente" y el otro día se anunció que el recientem
Una exploración de la más divina de las bebidas