El jueves pasado a la tarde la patrona se fue de joda. El plan era originalmente para el miércoles, pero por algún motivo u otro tuvo que ser cambiado para el día siguiente, lo cual significaría que iba a tener que ir con Nela a su clase de cerámica en Roztoky. Mentiría si dijese que mi corazón palpitó lleno de entusiasmo (lo que me rompía las pelotas era la idea del viaje, que incluye cambiar bondis en Velké Přílepy, lo cual haría que no lleguemos a casa sino hasta casi las 8 de la noche). Pero no protesté, quiero que mi mujer salga a divertirse sola también, le hace falta. Nela se había quedado en casa ese día. No se había sentido bien el día anterior y nos pareció que sería mejor dejarla reposar. Pasó todo el día tirada en el sofá. Llegamos a pensar que quizás sería mejor que no fuese tampoco a la clase de cerámica, pero, un poco antes de las 3, volvió a la vida y a ser la misma de siempre (le encanta esa clase de cerámica). Ya que iba ir al centro, mi jermu dijo que iría más...
Una exploración de la más divina de las bebidas