Sí, ya sé, no me puedo quejar. Estaba bastante fresco a la mañana temprano, pero igual, cabeza dura como soy, salí en remera, shorts y sandalias, aplicando mi política de "prefiero pasar un un rato de frío que cagarme de calor todo el día". Y es que el clima prometía, pintaba lindo, pero el pronóstico se equivocó. ¡Qué raro! La temperatura no ha cambiado demasiado y encima se largó a diluviar. ¡Puta que lo parió! ¡Una hospoda! No existe mejor refugio. Y es una de esas que conozco bien, pero en donde no me conocen. Mejor así, no estoy de humor para hablar con nadie. "Černé pivo, prosím." Y es una de esas cerveceramente minimalistas. Mejor así, no estoy de humor para navegar una lista de Zlýčaseanas proporciones. ¡Aaahhh! ¡Sí! Sí, ya sé, es solamente piscológico, pero el primer trago de esta belleza negra no solo me hace sentir más calentito, sino también más seco. A partir del segundo o el tercero ya es casi como estar en un pueblito en las montañas vis
Una exploración de la más divina de las bebidas