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La Ronda #7: Brindando con cerveza

Como nadie se había hecho cargo de invitar la edición de diciembre de "La Ronda", no me quedó más alternativa que hacerlo yo y proponer un tema que puede que peque de falta de originalidad, pero no por ello es menos interesante. La consigna fue la siguiente:

¿Qué cerveza o cervezas acompañarán su cena y/o almuerzo navideño? Sería buenísimo si lo ilustran con fotos. (además de contarnos la reacción de los parientes presentes.)

Como ya lo mencioné en la entrada anterior, esta iba a ser una Navidad muy especial para nosotros ya que sería la primera que celebraríamos en nuestro nuevo hogar.

La verdad que salió todo muy lindo. Habíamos comprado el árbol (natural, por supuesto) un par de semanas antes. El lunes 22 fuimos a comprar el pescado que sería la cena, una carpa, siquiendo con el ritual de ir a algún lugar donde lo venden vivo. El martes a la tarde adornamos el árbol y preparamos la ensalada de papas (muy parecida a la ensalada rusa en Argentina) y el miércoles a la mañana terminamos de preparar la mesa y dejar todo listo para recibir a mis suegros.

Había dejado unas botellas de Svijanský Rytíř enfriándose afuera, que fueron abiertas pronto para acompañar unos canapés y una tabla con carnes ahumadas y fiambres. También nos tomamos una copita de malinovice (schnapps de frambuesa) casero que uno de mis clientes me dio de regalo (esos son clientes!!!).

Más tarde, mientras ya estábamos atacando los vanoční cukrovy (bizchochos de navidad) que habían hecho mi mujer y mi suegra, abrí una botella de Herold Tmavé que también había pasado un rato afuera. La combinación fue muy agradable. Los cukrovy atenuaron las notas más dulces de la cerveza dejando sólo lugar para que se expresen las más interesantes notas tostadas.
Llegó la hora de la cena. Primero, una sopa de pescado preparada con los huesos y otras partes de la carpa. Salió muy rica y suave, ideal para abrir el apetito. Plato principal, la tradicional carpa frita con ensalada de papas, dos variedades, la mía y la de mi suegro, cada una bien distinta, ambas muy ricas. La elección de cerveza para la cena fue casi de último momento. Tenía otra cosa elegida, pero el jueves pasé por Pivovarský Dvůr Chýně y me llevé dos botellas, una de ellas fue su Vanoční Světlý Speciál 14°. Tiene las características notas frutales de todas las cervezas de uno de los mejores minipivovary checos, pero con un final fantásticamente seco y amargo. De más está decir que la cerveza se llevó de maravillas con tanto el pescado como las ensaladas, de lo cual comimos toneladas. Gustó mucho y no quedó ni una gota para el final de la cena.
Luego de abrir los regalos (mi mujer me regaló una pipa! buenísimo!), era hora de volver a atacar los cukrovy, previa copita de malinovice para ayudar a digerir la cena, claro. Para este momento tenía elegida una cerveza que me había causado bastante curiosidad el otro día en Festival de Cervezas de Navidad, la Nørrebro Bryghus Julebryg, una cerveza especial de Navidad elaborada con maltas de cebada, trigo y avena además de una mezcla secreta de especias de navidad que la tomé a temperatura ambiente. Una cerveza muy delicada. Color ámbar oscuro, con una linda y compacta espuma. En sus aromas se sienten canela, nueces y perník (pan de gengibre). Tomarla es casi como tomar jugo de perník, tiene ese dulzor suave con un dejo ligeramente especiado, su 7%ABV perfectamente integrado. El final es corto, cálido y con una sutil nota de rum. Me encantó esta cerveza, ideal para cerrar la noche. Demuestra que para ser memorable, no hace falta ser extrema. Es como una dama elegante, pero no glamorosa, atractiva sin necesidad de vestirse sexy.
Acá en Chequia, como en muchos otros países, la celebración de Navidad no termina el 24 de diciembre, sino que se extiende uno o dos días más. El almuerzo del 25 sería pato asado con knedlíky y chukrut. Mientras lo preparábamos con mi suegra cayeron un par de Svijany más. Para acompañar el manjar había elegido la otra cerveza que me traje de Chýně, Tmavý Speciál, también fermentada a 14°balling, también con un relativamente bajo 5%ABV. Nuevamente la elección fue muy acertada. Las notas frutales (creo que podría reconocer una cerveza de Chýně con los ojos cerrados gracias a esas notas) contrastaron muy bien con el chukrut casero y complementaron el sabor del pato para envolver todo en un final tostado intenso que me hizo acordar más a una stout que a una lager oscura checa. Comí como medio pato, dos porciones de chukrut y unos diez knedílku. De la cerveza no quedó ni una gota. Si no hubiese sido porque decidimos ir a Praga al mercado de Navidad de la Plaza Vieja hubiese dormido la siesta hasta el lunes. No llevé la cámara, pero créanme, el mercado estaba hermoso y hacía el suficiente frío como para darme una excusa para tomarme un svařák (vino caliente).
Cuando volvimos comimos unas salchichas caseras con algo de ensalda de papas. Las acompañé con una Louny Hořký Speciál 13%, que como la 11% que había tomado en el Festival de Cervezas Navideñas, me decepcionó, no porque haya estado mala, sino porque no cumplía la promesa de amargor extra.
Pero los festejos no terminaron ahí. El viernes vino otra parte de la familia y almorzamos con pavo asado con papas. De entrada, sopa con buñuelitos de hígado. Acompañe la comida con Svijanský Baron 15%. La cerveza más fuerte de Svijany que hizo un buen trabajo con el pavo y las guarniciones. También comí mucho.

Se abrieron más regalos, se comieron varias toneladas de cukrovy (y todavía nos deben quedar una o dos toneladas en la despensa). Durante la tarde abrí otras cervezas. Rebel Vanoční Speciál, una rubia de 14° rica, que hubise sido un correcto acompañamiento del pescado de noche buena, pero que no me impresionó en demasía. Poutník Speciál 14%, otra rubia de igual graduación balling, parecida a la anterior, pero algo más seca. Janáček Vanoční Speciál, la cual ya había probado en mi visita a Hradec Králove, de todas las cervezas de Navidad de 14°balling es la que más me gustó. Y también la Louny que quedaba, Hořký Speciál 16%, un poco mejor que la hermana menor, más almibarada, con más carácter, pero tampoco convenció, tampoco cumplió esa promesa de amargor extra.
Ya caída la noche (o sea, en algún momento a partir de las 16:30) abrí la botella de Schlenkerla Urbock para acompañar una tabla de quesos y ahumados. Cada día me gustan más las cervezas ahumadas y esta fue justo lo que esperaba. Casi negra, con una espuma abundante y compacta, ligeramente beige. El aroma es parecido a schwardsvalská šunka, un jamón crudo ahumado que me gusta mucho, con notas de caramelo y nueces. El sabor algo así té hecho de ese jamón, con las notas de madera que éste tiene, junto con caramelo, y suave cacao con nueces. Deliciosa. Lo que más me sorprendió fue cómo también les gustó a mis sobrinas, mi cuñado y mi mujer.
Fue un festejo navideño muy lindo. Los dos estamos contentos de lo bien que salió todo. A todos les gustaron las cervezas que elegí. Mi mujer lamentó no haber podido tomar más, pero ya habrá oportunidad el año que viene.

Na Zdraví!

PD: Teniendo en cuenta las fiestas se entiende que todavía no hayan sido muchos los que anunciaron su aporte rondeño. Espero que se despierten de la comilona y se pongan a escribir.

Comentarios

  1. Oye, excelente el artículo de Mundo Cerveza, cabe recordar que los restaurantes de Harry son patrocinados por Bavaria y su cerveza Club Colombia, de manera que jamás podrá vender otra cerveza y supongo que tampoco "podrá" saborear otras que no venda su mecenas. Definitivamente, hay que seguir cervengelizando.
    Un abrazo.

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  2. podés dejar un comentario en el artículo. vendría bien viniendo de un colombiano...

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  3. Tu redaccion y contenido, como siempre, excelentes. No tienen perdida. Lo unico que se podria conseguir aqui de todo lo que probaste es la Schlenkerla Urbock, lamentablemente llega muy poca cerveza importada.

    El aporte de Amantes de la Cebada a la ronda del mes aca

    Saludos y exitos en todo sentido para vos y tu flia en 2009, Salud!

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