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Viajes en el tiempo....

Chequia tiene mucho más que ofrecer además de Praga. Hay hermosas e históricas cuidades, bosques, montañas, ríos y más . Hay castillos y palacios repartidos por todo el país, algunos en ruinas y otros en asombroso estado de conservación y maravillosamente restaurados. Por suerte, para aquellos de ustedes que no quieren viajar demasiado, pueden encontrar algunos bien cerca de la capital. Los más famosos y populares con los turistas, en especial con los rebaños, son Karlštejn y Konopiště. Ambos me gustan mucho, en especial el primero. Es una postal, el castillo gótico coronando una colina rodeada de bosques. Pero es demasiado turístico..... Mi favorito, que no está tan lejos de allí, pero al que es un poco más difícil de llegar, es Křivoklát. Ubicado en la hermosa zona entre Beroun y Hostivice, al oeste de Praga. Un área de bosques, colinas, valles y arrollos, con pueblitos repartidos por aquí y allá. Muy buena para aquellos que se toman en serio andar en bicicleta o que les gusta pasear en auto y manejar tranquilos.
El castillo en sí mismo, si bien no es tan espectacular como Karlštejn, es muy bonito.
Si uno viene desde Praga ya sea en auto, por la ruta 201, o en bicicleta, por una de las muchas trazas que lo llevarán a la zona lo más probable es que no vea el castillo hasta después de haber pasado el estacionamiento. Luego de cruzar un puente peatonal y caminar unos metros entre árboles y arbustos se encontrará uno con una torre blanca y redonda que le dará la bienvenida y le hará sentir inmediatamente en un cuento de hadas. Luego de admirarlo y sacar las obligatorias fotos, podrá uno caminar y llegar hasta el mismo patio del castillo.

A diferencia de lo que uno puede encontrar en el patio de Karlštejn, uno no verá rebaños de turistas siguiendo un paraguas y esperando al próximo tour guiado, mientras toman botellas de agua mineral por las que seguramente pagaron sobreprecio. Verán algo no muy distinto a la plaza de un pueblo, con un par árboles frondosos y familias checas disfrutando de la atmósfera. Si uno tiene ganas de tomar o comer algo, puede ir a la hospoda que allí se encuentra sin miedo a que la cuenta le haga un agujero en el bolsillo. Cuando fuimos con mi mujer el otro día pedimos una krkovička (bondiola) marinada a la parrilla, yo, y smažení sýr (queso frito) y papas fritas, ella. La krkovička estaba muy buena, el queso, no tanto. La cerveza Krušovice muy bien servida y refrescante a buen precio.

Después de comer fuimos a explorar los negocios que hay en el patio. Uno que vende artesanías de madera y ropas decoradas a mano, uno que vende miel y productos derivados, incluyendo medovino, uno que vende velas artesanales y otro que vende canastos y otros articulos de madera hechos a mano, en el lugar.

Elegimos un par de cosas para comprar después, ya que teníamos ganas de hacer el tour por el interior del castillo que, en checo, cuesta 100Kc, más otras 50, si uno quiere acender a la torre. Por el precio, está bien, pero uno no se pierde demasiado si ya a visto por adentro otros castillos y palacios más grandes.
Como todo castillo, es un lugar muy bueno para ir con los chicos. Křivoklát es quizás un poco mejor por el hecho que los chicos pueden correr por todo el patio o intentar puntería con ballestas, lo cual es atractivo para no pocos grandes también.
Si bien la última vez que fuimos no estaba, yendo a Křivoklát uno se puede encontrar con, como lo llamo yo, el Señor de los Pájaros. Un hombre muy simpático que tiene una interesante colección de aves de presa, las cuales presenta al público, con las cuales uno se puede sacar fotos y, lo mejor de todo, con las cuales uno puede jugar un poco. Sí, este hombre le dará a uno un guante de cetrería con un trozo de carne, caminará con alguna de las aves de presa hasta la otra punta del patio y la soltara para que ésta vuele y se pose en su mano. Es una experiencia muy muy linda ver como, por ejemplo, un majestuoso búho de 1,80m de envergadura se posa suavemente y come de su mano.

El pueblo que rodea al castillo es bastante bonito también, hay un par de pensiones y restaurantes que parecen interesantes, pero a los que nunca he estado.
En síntesis, si uno quiere hacer algo distinto mientras está en Praga, éste es un viaje muy recomendable.

Comentarios

  1. Hmmm, me parece ver caras conocidas en la última foto ... ;)

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