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Cómo se llamaba?

En los seis años y medio que llevo viviendo en Praga debo haber pasado por la puerta de U Beneditka miles de veces y no creo que haya habido una sola en la que haya pensado en entrar. No hay motivo claro para ello, es uno de los muchos restaurantes en Praga que no llama la atención, pero he entrado a otros que la llaman aún menos; no es particularmente atractivo, pero he entrado a otros que lo son aún menos. Así que no fue hasta que alguien en alguno de los foros de viajeros donde contribuyo me preguntó sobre él que me di cuenta de su existencia. Aún así pasaron varios meses hasta que me acordé de ir.

U Beneditka está ubicado en un callejón algo oscuro a metros de Revoluční, detrás del centro comercial Kotva, que no tiene demasiado tráfico de peatones, o de cualquier otra cosa. La decoración es más bien oscura y con la intenciónd e ser tradicional, pero que en realidad parece algo cansado, que nadie se molestó en refrescar por al menos 15 años.

Tuve suerte con el día en que finalmente me acordé de ir. Zvěřinové Hody, anunciaba un cartel pegado en la puerta. Me encantan las carnes de caza (zvěřina) y el menú del hody (festín) tenía lo suficiente para calmar cualquier apetito, había platos con ciervo, jabalí y faisán.

Elegí una mesa en un rincón, cerca de la ventana. Un tipo bastante simpático con pinta de ser el dueño me trajo el menú y me preguntó que iba a tomar. Bernard 14°, pedí. Me la trajo una camarera con cara de no haber dormido bien o suficiente la noche anterior, que también me tomó el pedido de la comida.
Mi guláš de ciervo no tardó en llegar y debo decir que estaba buenísimo. La salsa tenía el espesor justo, muy sabrosa y ligeramente picante. La carne estaba bien tierna y había sido cocida el tiempo justo porque todavía mantenía el típico sabor del ciervo. Los špekové knedlíky (básicamente unos knedlíky de pan a los que se les agrega tocino en la masa), a pesar de no ser caseros, estaban muy ricos también y fueron de invaluable ayuda a la hora de limpiar el plato de la última gota de salsa.
Lo que sí se quedó atrás fue la cerveza. No recuerdo haber probado Bernard 14°, al menos no en el último par de años. Acostumbrado a la personalidad y carácter de todas las cervezas de Pivovar Humpolec, ésta me decepcionó. Todo en ella estaba apagado, sabía como algo hecho a las apuradas. Podría también atribuirse a otra cosa. La sabiduría cervecera checa dice que la calidad de la cerveza depende 50% de quien la hace y 50% de quien la tira. No creo que la 14ª sea una cereza de mucha salida en U Benedikta, un lugar donde no creo que haya demasiada salida de cervezas. Puede que el barril haya estado pinchado ya demasiado tiempo y la cerveza se haya "apagado", como muchas veces sucede. Quizás tendría que haber pedido la Černé. Igual, me gustaría volver a probar la 14ª, sea de botella o en algún lugar donde la traten con algo más de cuidado.

Es difícil evaluar este restaurant. La comida me gustó muchísimo, uno de los mejores guláš de ciervo que he comido. Pero la atmósfera del lugar (y la pobre cerveza) no me convencieronó del todo. De todos modos, comparado con otras alternativas cercanas, no es una mala elección para un almuerzo rápido a precio moderado. Al salir me quedé con la impresión de que si tuviese unos años más, quizás lo disfrutaría mejor. Quizás algún día vuelva, si es que me acuerdo, porque ya tengo hasta problemas para recordar el nombre.

Na Zdraví!

Restaurant U Benedikta
Benediktská 722/11
Praga 1

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