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Kout na Šumavě - Obituario

A fin del año pasado Pivovar Kout na Šumavě cerró. Para los que seguimos las noticias cerveceras checas esto no fue ninguna sorpresa, los problemas que llevaron a esto habían empezado en 2017, sino antes. No obstante, es un final triste para una cervecería que supo ser vista como una de las mejores.

Cuando Koutské pivo apareció en Praga en 2007 o 8, las lager rubias de 10° y 12° eran superiores a lo que las demás marcas estaban haciendo entonces, y las dos oscuras, de 14° y 18° eran igualmente sobresalientes. Cuando abrieron U Slovanské Lípy, su local insignia y punto de distribución en Žižkov, y Koutland en Pilsen, parecían listos para conquistar el mundo; literalmente hablando ya que no solo en Chequia estaban sumando admiradores. Koutské pivo también se exportaba y en algún momento u otro se la podía encontrar en Suecia, Alemania, Italia, Rusia, España, el Reino Unido y hasta en los EE.UU., entre otros países. La cervecería apenas podía satisfacer la demanda, de cabotaje y extranjera, y pronto se vieron forzados a empezar a pensar en comprar un nuevo, y mucho más grande, equipo de cocción, que fue pedido en 2012.

Fue más o menos entonces cuando su ímpetu empezó a bajar, al menos en Praga. Koutland cerró, U Slovanské Lípy cerró y volvió a abrir, dos veces y la segunda significó un cambio total, Koutské pivo ya no sería la única marca sino una más entre nueve o diez. Con el tiempo, el hueco de mercado por lager clásicas con carácter sería llenado por nombres nuevos como Únětický pivovar y Kout na Šumavě quedó relegada en el discurso cervecero. Yo también perdí el interés por esas cervezas, en especial a mediados de década, no solo porque mi sed por una buena Desítka o Dvanáctka estaba siendo saciada por otros, sino también porque su calidad se había vuelto una lotería, y lo peor es que cuando tenía suerte me quedaba diciendo: “to není vono”; ya no era birra maravillosa que me había volado la cabeza unos años antes, era algo apenas un poco por encima del promedio, en el mejor de los casos (al menos las rubias, las oscuras desaparecieron del mercado y no me acuerdo la última vez que tomé una). Pensé (quizás equivocadamente) que se debía a dolores de crecimiento luego de la significativa expansión en capacidad y que la empresa estaba más interesada en el más rentable mercado de exportación que en el doméstico.

Las cosas se fueron definitivamente al tacho a principios de 2017 con el fallecimiento de Jan Skala, el propietario de la cervecería. En 2002, compró las ruinas de Pivovar Kout na Šumavě y tardó cinco años en devolverle la vida a la cervecería que los comunistas habían cerrado en 1969. La empresa fue heredada por cinco personas, entre ellas las dos últimas mujeres de Skala, que recibieron al menos una oferta por la empresa, pero la rechazaron y las cosas se pondrían peor; o es posible que ya no estaban para nada bien entonces. Un artículo de Euro.cz (ahora detrás de un paywall) menciona que la cervecería había recibido una multa bastante salada por parte de las autoridades de protección del medio ambiente por descargar aguas sin tratar en un arroyo cercano. No sé si eso fue antes o después de la muerte de Skala, en todo caso, no era el único problema que la empresa tenía, también habían deudas. Pero knock-out llegaría el pasado agosto, cuando Ja Skalová, la segunda mujer del finado, presentó un pedido de insolvencia contra la empresa cervecero sobre la base de que le debía más de 1,5 millones de coronas checas. Al final, Gabriela Hodečková, la tercera mujer de Skala y accionista mayoritaria, que también administraba la cervecería, decidió bajar las persianas y dejar las llaves en el buzón de la Sra. Skalová.

La suerte de la cervecería está ahora en manos de la Corte. Se ha designado a un administrador, que fue autorizado a vender el stock de cerveza en los tanques antes de que todo se pudra ya que el proceso de liquidación de la empresa empieza recién en mayo. No tengo demasiadas esperanzas por una segunda resurrección e incluso si estuviese equivocado, me pregunto si va a valer la pena.

Lo más triste de esto no es tanto el cierre de la empresa en sí, sino las circunstancias que llevaron a ello. La empresa quedó en manos de personas que o bien no estaban interesadas o no eran capaces de llevarla adelante, que probablemente no se tenían mucho cariño tampoco. Hasta cierto punto, esto es culpa del dueño. Desconozco las circunstancias de su fallecimiento, pero el tipo ya no era ningún pendejo. A lo mejor debería haber comprobado si las personas cercanas a él estaban dispuestas a continuar con la cervecería cuando él ya no fuese capaz de hacerlo y, si no fuese así, encontrar alguien dispuesto a hacerlo. Aunque, para ser justo, es posible que haya intentado, sin éxito. La cervecería era para él un proyecto de pasión y a menudo es difícil encontrar alguien que comparta esa pasión, o no empezamos a buscar hasta que es demasiado tarde.

Esto también me puso a pensar en que les pasará a otras cervecerías independientes exitosas y reconocidas cuando sus fundadores y propietarios se jubilen o estiren la pata. ¿Quién se hará cargo? ¿No es mejor quizás que la cervecería cierre antes de convertirse en una sombra de lo que fue? O, a lo mejor, en lugar de criticarlos, deberíamos felicitar a los propietarios que deciden vender su empresa a una más grande cuando todavía son relativamente jóvenes y en buen estado de salud y desearles una agradable jubilación.

Na Zdraví!

PD: Si quieren saber más sobre Kout na Šumavě y Jan Skala, les recomiendo mucho el e-book de Evan Rail "The Brewery in the Bohemian Forest", disponible en Amazon Kindle.

Comentarios

  1. Please say it's not true!!! RIP one of the greatest lagers I ever had the joy of drinking.

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