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Sobre frascos y la sanata del recipiente correcto

El otro día, el Jardín del Lúpulo se quejaba de la última moda que parece estar arrasando a España de manera inexorable: beber cerveza en frascos.

Lo que le molesta a JDL es que los frascos son un recipiente “poco apto para la degustación” y que su (supuesto) origen de solución “cutre y casera” los hace indignos para la cerveza, o algo por el estilo. En fin.

Por suerte, Marc R, tuvo la gentileza de aportar una crítca más racional:
Beber en tarro es funcionalmente incómodo. Los labios se acoplan mal al recipiente, es irregular en su contorno, y algunas veces incluso demasiado ancho o estrecho. Para beber a trago limpio, dame por lo menos algo funcional. Una jarra, un vaso ni que sea de cubata, o un shaker (que no deja de ser una coctelera). Pero por dios eso no.
Y tiene razón.... ¿O no?

No estoy seguro; nunca tomé cerveza de un frasco.

Me entró la curiosidad, y al igual que con la pajita, la mejor manera de sacarse la duda es tomando la vía empírica.

Por suerte, en casa, los frascos sobran (mi mujer hace mermeladas y jaleas caseras que están de putamadre). Agarré uno limpio, lo enjuagué; saqué de la heladera una botella de mi fiel Hubertus 11º, y me fui a sentar al jardín, porque la tarde estaba demasiado linda como para hacer este tipo de pavadas puertas adentro.
A pesar de que el frasco podría haber estado mejor lavado—las burbujas pegadas a la pared y el fondo daban prueba de ello—y de que no me tomé la molestia de enfriarlo como se debe, la formación y retención de espuma no fue diferente a la que habría sido con un vaso tratado de la misma manera.

La rosca de la boca fue algo incómodo, pero solamente al principio. No me tomó mucho tiempo encontrar una manera y lugar para apoyar los labios y casi olvidarme de la rosca (aunque me imagino que esta debe ser más difícil de lavar).

Tomar a trago limpio no supuso ningún problema. El temor de que el líquido se acumule en la parte superior del frasco—donde se vuelve más angosto—y se derrame por los costados de mi boca resultó infundado. Lo único, sí, fue que mi nariz tocaba el borde opuesto de la boca del frasco; pero soy medio narigón y es algo que me pasa con cualquier vaso de boca angosta.

En lo que respecta a degustar. El frasco no presentó ningún obstáculo a la hora de olfatear la cerveza, ni tampoco para tomar tragos cortos, tal como lo hacen los degustadores de ley.

Lo único que sí me resultó incómodo fue el agarre. Fue como sostener un jarro clásico de medio litro sin manija. Para alguien con mano más chica que la mía, podría ser un problema.

Probé también con un frasco más chico, aunque solamente con agua; no tenía ganas de esperar que otra botella se enfríe, y solo quería probar la mecánica del beber.

Sin mayor problema, tampoco. Gracias al tamaño, el agarre fue más cómodo, y no me pareció que su forma sería un inconveniente para degustar.

La verdad, tengo que admitir que mis prejuicios estaban bastante pifiados. Tomar cerveza desde un frasco resultó ser una experiencia mucho más placentera de lo que había esperado. Pero es una experiencia que no tengo ningún interés en repetir.

Al igual que el Teku y esos nuevos vasos con forma de consoladores anales, el frasco me parece un recipiente feo, un toque ridículo y redundante. Sin embargo, y al igual que el Teku y esos nuevos vasos con forma de consoladores anales, entiendo por qué le puede gustar a cierta gente. El frasco tiene esa onda rústica que a no pocos les resulta atractiva; no es de extrañarse entonces que se haya puesto de moda (algo que por mis pagos no ha sucedido, y dudo que vaya a suceder, ya que por ley, los vasos utilizados en hostelería deben tener impresa una marca CE con la medida correspondiente; en casa, además de tener vasos de sobra, últimamente, tomo casi siempre de jarros/vasos de cerámica que me resultan mucho más agradables).

Todo esto me lleva a un tema que hace rato me anda dando vueltas por la cabeza, el del vaso correcto/indicado/apropiado/adecuado para tomar/degustar tal o cual estilo/tipo de cerveza.

Cuanto más pienso al respecto, más convencido estoy de que se trata solamente de sanata, verso, chamuyo, a menudo propagado por el marketing o intereses comerciales, y repetido y copiapegado por gente que no parece tener muchas ideas propias.

Como varios otros elementos del discurso cervecero actual, el tema de los vasos/copas fue copiado del vino, que a su vez, gran medida, se lo debemos a Riedel, un fabricante de cristalería—¡pero miŕa vos, qué casualidad!

Al presentar sus copas, Riedel, afirma, entre otras cosas, que las diferencias pueden ser tan grandes, que cuando el mismo vino es servido en varias copas diferentes, incluso experimentados conocedores de vino creen que están degustando tantos vinos diferentes como hay copas”.

Sin embargo, existe un estudio independiente publicado por el Journal of Sensory Sciences (.pdf), y resumido en este artículo de Vinepair, que contradice a Riedel.

Según el estudio, el efecto de la forma de la copa es, a lo sumo, psicológico (que no es poca cosa, seamos sinceros; el aspecto, la información previa que tengas sobre el producto y la sugestión van a afectar tu opinión—si alguien nos dice que cerveza A se expresa mejor en vaso X, lo más probable es que lo creamos). Sin embargo, en pruebas (literalmente) ciegas, los participantes del estudio no fueron capaces de apreciar ninguna diferencia significativa al evaluar los aromas de un mismo vino servido en cuatro recipientes distintos, dos de los cuales eran de Riedel. (Cabe mencionar que es justamente el sentido del olfato el que juega el papel más importante. Una vez que el líquido se encuentra en la boca, el sentido del gusto va a percibir lo mismo; eso de la distribución de los gustos en la lengua que nos enseñaron en el colegio es un mito).

Quería saber si algún estudio similar había sido realizado con cerveza.

En un e-mail, Stan Hieronymus me dijo que hasta donde él se acordaba, lo más parecido fue un estudio encargado en 2006-7 por Sam Adams para el diseño del vaso para Boston Lager. Según Stan, el estudio fue muy exhaustivo y serio, pero sus resultados no han sido publicados. Se trató, después de todo, de algo pagado por una empresa para un fin comercial específico; lo que yo buscaba era un estudio independiente.

En teoría, un estudio de este tipo no sería muy complicado de llevar a cabo: habría que reunir un grupo lo suficientemente numeroso y diverso de consumidores, darles a probar una cerveza servida en cuatro o cinco vasos diferentes con un sistema doble-ciego (sin decirles de qué tipo de cerveza se trata, tampoco hace falta ir al extremo del estudio de las copas de vino) y pedirles que evalúen cada vaso, repitiendo el proceso con otros estilos/tipos. Esto debería generar datos estadísticos que al menos indicarían una tendencia hacia qué vaso es el más adecuado para cada estilo/tipo.

Bueno, es fácil en teoría solamente. No creo que haya mucha gente al otro lado de la pantalla con los recursos y las ganas de llevar a cabo algo semejante. Y no importa, la verdad que no.

Más allá de los resultados que se puedan obtener con estudio así, no dejarían de ser producto de “pruebas de laboratorio”, y nadie toma cerveza en condiciones de laboratorio.

En el mundo real existen innumerables factores que difícilmente pueden ser replicados de manera consistente en un laboratorio, cuyo impacto en la apreciación del producto, ya sea por sí mismos o en combinación, puede ser muy significativo: estado de ánimo, salud y cansancio; la hora del día, el día de la semana, la estación del año y el clima; si estamos solos o acompañados, y por quién; lo que hemos comido y bebido durante el día; el lugar en donde estamos, la música, la iluminación, la decoración, los ruidos y olores que nos rodeen allí, etc.

Hay otro factor que podría ser no poco importante, y que no recuerdo haber visto mencionado, el fisionómico.

Kristen England es Maestro Cervecero y ex-Director de Educación Continua del BJCP, además de escéptico del “vaso correcto” (será porque en competencias se emplea un solo tipo de vaso, que no es raro sea de plástico). En un e-mail, Kristen me contó sobre lo que le pasó en Chile, durante una cata en una bodega muy pituca, en donde les hicieron probar el mismo vino en 5 copas diferentes, insistiendo mucho en lo mucho mejor que sabe ese vino en su copa “perfecta”. Kristen entonces les preguntó sobre la forma de la boca, la orientación entre esta y la nariz, entre otras cosas, a lo cual le respondieron que nada de eso juega un papel. Cito la opinión de Kristen al respecto: ”Bullshit”(*).

Todavía no he podido obtener información concreta sobre qué tan significativo es el papel de la fisionomía de nuestro rostro en la percepción de aromas y sabores, pero no deja de ser clara evidencia de lo que dije casi 800 palabras antes: esto del vaso correcto no es más que verso, sanata y chamuyo, porque todos somos diferentes. No solo por cada uno de nosotros es más o menos getón o narigón, sino que también podemos tener una mayor/menor sensibilidad o tolerancia a determinados aromas y gustos, y nuestras historias, experiencia, preferencias, hábitos y expectativas como consumidores—de todo, no solo de cerveza—tienen una variabilidad infinita.

Seguir insistiendo entonces con lo del vaso adecuado para tomar tal o cual cerveza es casi tan absurdo como afirmar que somos todos iguales.

En conclusión, a lo expertos es mejor ignorarlos, o al menos tomar lo que dicen con una generosa dosis de escepticismo, máxime cuando nos están vendiendo algo, y en especial si son eventos promocionales disfrazados de cursos. Después de todo, la manera más apropiada de disfrutar una cerveza es la que más te gusta o resulta conveniente.

Na Zdraví!

PS: La espuma, su formación y retención, es un argumento muy utilizado por los snobs del cristal. Según mi experiencia, si sabés cómo servir una cerveza (incluyendo el trato que se le debe dar al vaso), formar y retener espuma no es ningún problema con ningún estilo (hablando, por supuesto, de tipos de cerveza que deberían retener espuma).

(*) Perfecto ejemplo de sugestión. Que el vino es mejor en una copa determinada es algo decidido de antemano y se espera que los asistentes de la cata lo acepten sin cuestionamientos. Eso no es educar, es indoctrinar.

Comentarios

  1. Siempre que veo una de esas tablas de vasos adecuados para cada estilo me llama la atención el "vaso tipo pilsen", alargado y estrecho, y que nunca he visto en República Checa. Lo más parecido es el que usan en Strahov para sus IPAs. Nunca he estado en Plzen, quizá allí esté en todas partes.
    Saludos
    Torpedo

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    1. En Pilsen tampoco se ven. En una entrevista que le hice, Václav Berka, el Maestro Cervecero de Pilsner Urquell, me dijo que para él, el mejor recipiente para tomar una PU, y cualquier světlý ležák, es el jarro clásico de medio litro.

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    2. Totalmente de acuerdo con el señor Berka.
      Saludos,
      Torpedo

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    3. No soy fan del jarro. El asa siempre me parece incómoda, y agarrarlo sin ella es difícil por lo gordo del mismo. Además, el orificio tan ancho se me hace incómodo en la boca. Sólo veo que tiene sentido para medidas grandes, tipo litro o más, en los que el tamaño y peso hacen del asa algo indispensable.

      Mi vaso favorito la verdad es que no sé qué nombre tiene, pero es el que usan en Baviera para las helles y similares - http://www.schlenkerla.de/sonstiges/druckvorlagen/bilder/Helles_Schlenkerla_Lager_%28Glas%29.jpg
      Fino por abajo para cogerlo bien, no demasiado ancho por arriba para meterlo en la boca. Además, estéticamente me gusta bastante y aunque esto no debería importar, no consigo que así sea :-).

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    4. Supongo que en esto afecta el tamaño de cada uno. Yo soy grandote y, tanto el asa como la boca ancha me van que ni pintados. Y lo de la estética, claro que importa, al menos a mí. Para eso tenemos ojos, no?
      Saludos,
      Torpedo

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    5. Pues si es que precisamente me parece lo contrario, el asa es demasiado fina! Para decirlo más técnicamente, el diámetro del cilindro es demasiado pequeño (al contrario que la jarra en si, cuyo diámetro es demasiado grande).

      Para la mano (al menos para la mía :-D) es más fácil agarrar un cilindro que no me permite juntar el pulgar con el índice por unos pocos centímetros, que algo en lo que ambos dedos se sobreponen por mucho o lo contrario, están lejos de tocarse. En ambos casos se me escurre el cilindro con mucha más facilidad :-D.

      De hecho, aquí en Baviera cuando me tomo un maß no lo agarro con el asa, sino que me pongo la misma alrededor de la parte exterior de la mano, desde que hago esto se ha reducido el número de veces que derramo cerveza en un número nada despreciable. Y no derramar cerveza me parece un logro de lo más notable :-D.

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    6. Interesante tema :)
      Mi "técnica" para tomar con jarro (de medio litro) tiene dos variantes: a) Dedos medio, anular y meñique entre el asa y el cuerpo del vaso, e índice y pulgar por encima. b) dedos índice, medio y anular tomando el asa, meñique por debajo de esta y pulgar formando el puño, pero al jarro lo levanto con el asa a unos 45º respecto a una línea perpendicular imaginaria desde la mesa.

      A los maß, o recipientes más grandes, me gusta tomarlos como se ve en la foto de mi perfil, en su defecto, como describe Diego.

      Pero más allá de todo esto, lo que uds. dos están diciendo no es más que otra prueba de lo absurda que es la idea del "vaso correcto" (o hasta recomendado, diría), y lo poco que piensan aquellos que siguen difundiéndola, a pesar de no tener ningún interés comercial en ella, que yo sepa.

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    7. Ves? Mi técnica para tomar del vaso que digo es que lo agarro y ya :-D. Lo único bueno de la jarra para mi es su resistencia, pero el vaso que yo digo es también bastante sólido.

      La técnica de tu foto también la usaba yo al principio, pero al final la veo menos cómoda, a menos que la jarra esté hasta arriba (o sea enorme como en la mencionada foto :-D).

      Yo también creo que el vaso correcto es una milonga, al menos sé que lo es para mi que no tengo el olfato tan refino como para percibir la diferencia. Pero forma parte de la liturgia, que mientras no se convierta en fanatismo, me parece entretenida :-).

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    8. Conozco el tipo de vaso del que hablás, se usa mucho acá (de hecho, tengo varios en mi "collección"). Son bastante prácticos y, tenés razón, increíblemente resistentes--una vez, mientras estaba parado, se me cayó uno casi lleno y, soprendentemente, no se rompió.

      Dicho todo esto, los diferentes vasos forman parte del paisaje, y me gusta cuando bares especializados, o no, los usan para servir diferentes tipos de cerveza. Es un detalle que da una buena impresión, como la vajilla o la ramita de romero para adornar un plato.

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    9. Yo también meto el meñique por debajo del asa, o incluso lo meto por debajo del jarro para sujetarlo, en los casos en los que el asa llega casi hasta abajo del recipiente. El pulgar lo dejo abierto sobre la pared del jarro, utilizándolo como apoyo cuando lo levanto e inclino.
      Jajaja me he tenido que beber una cerveza para saber cual era mi técnica, antes no lo había pensado nunca.
      Saludos,
      Torpedo

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  2. mira que de los vasos "modernos" el teku es de mis favoritos, pero en general para la cerveza no me gusta que tengan el tallo tan largo. Los vasos nuevos de Riedel para cerveza IPA y Stout que como dices parece aparato recreativo anal no me dejaron ningun buen sabor de boca, vaya en un bar local tienen unos pero sólo te sirven en ellos si los pides (supongo que por costosos y miedo a que se vayan a romper).

    Si recuerdo bien charlie bamforth hizo otro ejercicio donde un mismo vaso, uno claro y otro con el logo de la cerveza que se toman cambiaba el como evaluaban la cerveza los consumidores y si afectaba, carajo, hasta si el posavasos era o no de la marca de la cerveza al final lograba cambiar la percepción del consumidor hacia esa cerveza.

    La publicidad es bien cabrona e influye de formas bien macabras cuando lo piensas pero como se suele decir aquí en México "la culpa no es del indio, sino del que lo hace compadre", así que el vender la idea que una cerveza o vino sabe mejor o peor es al final de cuentas parte de la estrategia de mercadotecnia del productor pero los que se la creen a ciegas, bueno, esos están peor.

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    1. Tampoco me gustan las copas de tallo alto para la cerveza. Será porque, a diferencia del vino, la copa se llena hasta el borde, quedando todo demasiado asimétrico, o por lo pretencioso que parece...

      Por otro lado, no sé si lo hiciste a propósito o no, pero decir que un aparato recreativo anal te deja mal sabor de boca fue genial

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  3. Un post que me has ahorrado :-). Llevaba tiempo con ganas (y sin tiempo) para hacer un experimento similar, después de una foto que colgué en la que me tildaron de snob y mil cosas más por tomar una de las mejores hamburguesas de Barcelona acompañada de cerveza en tarro. Naturalmente, no iba a dejar de tomarme una buena hamburguesa acompañada de buena cerveza porque la cristalería no fuera mi favorita. Y de hecho sigo "pecando" a menudo.

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    1. Pocas cosas me resultan más simpáticas que los que insisten que no te puede gustar algo que evidentemente disfrutás.

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  4. Yo personalmente soy un poco talibán, me pasa lo mismo en el mundo de los tés. No "me sabe" igual cuando me lo tomo en una taza de las que me gustan que cuando me lo tomo en un vaso de nocilla reciclado. En este sentido nadie me ha educado, pero para mí como me encuentro en el lugar (en esto incluyo entorno, momento, si estoy o no de mala leche) es algo absolutamente fundamental. En ello entra el vaso, por supuesto. También creo que hay "casos y casos", y que beber pilsen en tarro no me "chirría" tanto como beber, por ejemplo, una Russian Imperial Stout en vaso de tubo.

    Pero bueno, ya has dejado claro también que, en efecto, el tema intangibles es importantísimo, y la predisposición más todavía. A mí no me sabe igual la misma cerveza en casa que en una taberna tampoco. Quizá tengan que ver algunos elementos volátiles del aire y cosas así, pero también es el hecho de estar "in the mood" o no estar. Esto habría que estudiarlo también.

    Ah, y soy totalmente contrario a sugestionar en estudios supuestamente "a ciegas", tal como tú indicas. En los estudios y catas que hacen caer caretas y saltar vendas suele haber conocimiento nulo de lo que se pretende estudiar. Y da mucha risa ver los resultados (incluyo los míos).

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    1. Lo de la taza, en tu caso, o el jarro de cerámica, en el mío, responde también un poco a la ritualidad. Nos gusta sentarnos en el mismo lugar a la mesa, o dormir del mismo lado de la cama; tenemos nuestra taza para tomar café y nuestro asiento favorito en el bar. Son todas cosas que afectan de un modo u otro a la experiencia. No somos máquinas.

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    2. Claro, acá hay dos cosas completamente distintas en discusión.
      1)Si hay UN VASO adecuado para una determinada cerveza (o té, o vino, o lo que sea, pero acá hablamos de cerveza) porque acentúe o permita apreciar características organolépticas que otros vasos no permiten. En este caso creo que el 99,9% de los casos es puro chamuyo, o snobismo o, ritualidad (que no es otra cosa que un snobismo autorecetado), lo que me lleva a...
      2) Si existe UN VASO en el que a uno le guste más tomar una cerveza, generalmente por ritualidad. Ahi se mezclan un poco las cosas, hay alguno que por motivos totalmente ajenos a sus propios deseos o incluso a sus gustos, obtiene mayor placer de una cerveza en un vaso, jarro, frasco de urocultivo o lo que sea, a ese lo llamamos snob, los motivos ajenos a sus deseos los impuso una moda, un falso curso o lo que sea. Hay otros que disfrutan más de una cerveza en ciertos recipientes (copas, jarros de cerámica, frascos de urocultivo) por una ritualidad que tiene que ver con sus propias experiencias, gustos o hasta neurosis. Entre estos últimos me cuento.
      La gran diferencia es que el que lo hace por ritual es plenamente conciente de ello y nunca va a suponer que "no puede" tomar una cerveza en tal o cuál recipiente, sino que prefiere tal otro. El que lo hace por snobismo es más tendiente ser un poco más fundamentalista.

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    3. Para mí snobismo es la creencia de que los gustos y preferencias propios--independientemente de cómo hayan sido desarrollados--son casi equivalentes a un parámetro objetivo de lo que es bueno o correcto (algo de lo que todos hemos sido culpables). Esto a menudo nos lleva a criticar o menospreciar algo solamente porque no nos gusta, rehusándonos a aceptar que otros les puede gustar, y, mucho menos intentar entender por qué.

      Entonces, a la ritualidad yo no la veo como snobismo, en tanto no busques imponerla al resto.

      Pero son cuestiones semánticas y estoy totalmente de acuerdo con lo que decís en el último párrafo.

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  5. Hace poco me compré unas cervezas de trigo (Aurum del Eroski, que por cierto están cojonudas y cuestan 0,89 euros el medio litro). Era la primera vez que compraba trigo para casa, y no tengo vaso de weizen, así que fue la primera vez que bebía una cerveza de trigo en una jarra con asa. No sé porqué pensé que se me iba a hacer un poco raro, pero en cuanto dí el primer trago me dí cuenta de que iba a funcionar muy bien. Y funcionó tan bien que ahora casi las prefiero así.
    Saludos
    Torpedo

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  6. Hola pivni
    Omar
    Te cuento yo creo que cualquier vaso esta bueno para la birra si te va la birra .
    Una anegadota mi viejo ( que dios lo tenga en la gloria ) en los 90 fabrico en la fabrica donde laburaba , unos vasos de madera y estaban buenísimos .
    Pivni me compre una bernard celebration pilsner y me gusto mucho


    Un saludo

    Omar

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  7. Nunca probe nada en esos frascos, no tuve la oportunidad. Aca en argentina, muchos bares ofrecen tragos en esos frascos o en jarritos de mate (?). Me parece una moda pelotuda que pasara a la historia como el fotolog, las canchas de paddle y los parripollos

    saludos

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  8. Sin duda la jarra de ceramica es la mejor opción para cualquier cerveza.
    La única duda es que yo noto diferencias entre vaso de cristal o vidrio. Muchas diferencias.

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    1. ¿Podrías elaborar? Yo he notado diferencias entre vidrio, plástico, madera, cobre y cerámica, en algunos casos significativas. Pero vidrio y cristal...

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  9. podria elaborar una sanata defendiento los tarros de cristal frente a los de vidrio pero solo os dejo con una imagen ke no existe de un tarro de damm

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