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PET o no PET

Las botellas de Tereftalato de polietileno (PET, para los amigos) parece que han sido el único segmento que ha tenido algún crecimiento para las multinacionales cerveceras y hay algunos que hasta dicen que de no ser por los maxi-envasess de 1,5 y 2l PrazdrojHeinekenStaropramen podrían estar en serios problemas.

Las cervezas en botellas de plástico no son nada nuevo en el mercado checo. La primera cerveza envasada en PET que recuerdo haber visto fue Sladkův Měšťan (la marca más barata de Staropramen) y de esto ya hace seis o siete años. Nunca la compré, Měšťan siempre me pareció una cerveza horrenda y no crei que el plástico vaya a mejorar la cosa. Más tarde hubo un intento de Staropramen de vender su Světlý en una botella de plástico de 0,6l que era muy cara, más que las latas y, por ende, no tuvo una larga vida. También en algunos supermercados se pueden ver, aun hoy día, botellas PET de un par de regionales, cuyos productos tampoco me gustan mucho, así que nunca las compré.

Mas tarde, cuando empecé a visitar microcervecerías alrededor del país vi que la mayoría de ellas vendía sus productos en este tipo de envases. El motivo, según me han dicho, es simple, las botellas de vidrio son muy caras y ninguna de estas micros cuentan con el espacio y/o los fondos que le permitan instalar equipos para poder lavar y reutilizar las botellas retornables. Nunca tuve problemas en comprarlas, las botellas son rellenadas a diario directamente de los tanques de maduración y de ahí van derecho a heladeras. La frescura del producto está más que garantizada, alqo que no se puede decir sobre los supermercados.

No fue sino hasta el 2009 que las cervezas en PET dejaron de ser un producto segregado. Ese año Heineken sacó una campaña publicitaria bastante fuerte promocionando Zlatopramen 11º en envase de 1,5l. Esta vez sí que funcionó y muy bien. Al principio la cerveza se envasaba en Eslovaquia (si mal no me acuerdo), pero debido a la gran demanda, los holandeses decidieron instalar al menos una línea de embotellado acá y empezaron a ofrecer dos más de sus marcas en esta presentación, Starobrno y Březňák.

Las otras dos multinacionales no tardaron en seguirle los pasos a Heienken y hoy todas ofrecen sus marcas más baratas en estos envases. Algo casi impensado hace unos años atrás.

Más allá de lo poco feliz que hace esto a más de un entusiasta cervecero local, hay que reconocer que las botellas de plástico tienen sus ventajas. Son mucho más livianas, menos voluminosas (en el sentido que una botella de 1,5l va a ser mucho más fácil de acarrear que tres de 0,5l), no son frágiles y no hay que preocuparse en retornarlas. Claro que, por otro lado, las condiciones en las que estas botellas de distribuyen y venden en supermercados distan mucho de ser las adecuadas.

Pero todo esto es teoría, condimentado quizás con un poco de prejuicio. Tenía ganas de ver si el material del envase, incluyendo también la lata, causaba alguna diferencia notable en la calidad de la cerveza y la mejor manera de hacerlo es con una "cata ciega".

Para ello elegí Březňák Světlý, que de las que está disponible en los tres tipos de envase, es la única que puedo decir que me gusta. Compré las tres versiones en el mismo supermercado y ahí me di cuenta de otra ventaja de las botellas PET, el precio por volumen. La lata me costó 12,90CZK, la botella 8,90CZK (+3CZK de depósito), en ambos casos por 0,5l, y la botella de plástico de 2l me costó 36,90CZK. O sea, básicamente lo mismo, pero sin tener que dejar ningún depósito.
Otro detalle que me sorprendió de esta botella PET, resultó ser mucho más fácil de manipular de lo que esperaba. El plástico es muy rígido y pude servir un vaso usando solo una mano.

Una vez que las cervezas estuvieron servidas le pedí a mi mujer que les asigne una letra, saque una foto y me los traiga a la mesa. El resultado fue paradójicamente inesperado.

Las cervezas estaban a temperatura ambiente, no por cuestiones técnicas, sino porque me había olvidado de poner a enfriarlas a la mañana. Con la lata o el vidrio, no hubiese sido problema, 15min en el freezer y listo, pero el mamotreto de 2l hubiese tomado mucho más tiempo y además no creo que me hubiese entrado en el freezer. Punto para la lata y el vidrio.
A la vista, ninguna de las muestras era muy agradable. 0 retención de espuma, una de ellas, B, con muchísimo gas, las otras dos, con burbujas gordas que subían lentamente por el vaso.

Nada notable en los aromas, pero sí en los sabores. Para probarlas no tomé un traguito, tomé un buen trago, de esos que llenan la boca, porque así es como se toman este tipo de cervezas. Una vez terminada la cata y, solamente porque me pareció divertido, dije a mi mujer de qué envase me parecía que había venido cada muestra:
A: Lata, B: Vidrio, C: PET

Estaba en lo correcto. En A había sentido un toque metálico al final del trago (quizás tenga que volver a revisar mi posición respecto a las latas); B había sido el más limpio de los tres (más allá de la carbonación excesiva) y en C sentí una nota discordante, no muy intensa, pero sí muy presente. La mejor que se me ocurre para describirla es "saborizante artificial de vainilla barato", yo la asocio con alguna oxidación, pero no estoy del todo seguro, quizás alguien me lo pueda aclarar.

Para ser sinceros, esto es algo que he sentido en otras lagers rubias que pasaron demasiado tiempo en condiciones lejos de las ideales. Se me ocurrió que en este caso había sido un poco culpa del plástico porque tengo la impresión que el material ofrece menos protección que el vidrio, pero a lo mejor me equivoco una vez más.

Listo entonces, el vidrio ofreció la mejor experiencia de las tres. En estas condiciones sí, pero la historia no termina acá.

A la lata y la botella de vidrio las vacié rápidamente y la PET fue a parar a la heladera y recién la volvería a abrir más tarde, cuando me puse a preparar la cena.  Para entonces, la cerveza ya estaba a una temperatura de consumo adecuada y la experiencia fue bastante diferente. Menos gas, buena retención de espuma (lo del gas puede ser también porque la botella ya había sido abierta, y no importa qué tan fuerte se apriete la tapa, el gas se escapa igual), pero lo más importante, no pude sentir aquella nota desagradable. La busqué, y sabía exactamente que estaba buscando, pero evidentemente la temperatura (que tampoco era tan baja, calculo unos 6, como mucho, 5ºC) la había tapado. Lo que terminé tomando entonces fue una muy buena cerveza de sesión, sabrosa, ligera, refescante, con un suave amargor y una linda base maltosa. Jamás me hubiese imaginado que venía de una botella de plástico.

¿El veredicto?

Si fuese consumidor habitual de Březňák Světlý creo que seguiría comprando un cajón con 20 botellas. Retornarlas para mí no es un inconveniente, siempre hacemos este tipo de compras en auto, así que el precio no sería un factor. Además, con botellas de 0,5l puedo dosificar mejor mi consumo que con una botella de 2l que, una vez abierta, se tiene que vaciar rápido.

Por otro lado, si estuviese organizando una fiesta en el jardín de casa, ahí sí que elegiría el PET. Comparía las suficientes botellas, las pondría en una palangana llena de agua con hielo y que la gente se vaya sirviendo en vasos de plástico. La cerveza acá no va a ser tan importante como la compañía y la comida a la parrilla.

Na Zdraví!

Comentarios

  1. Buena nota , yo sin argumentos tan claros no compraria en plastico , pero acabas de demostrar que el gusto es el mismo y eso es lo que vale.
    Lo de los dos litros es verdad me parece mucho de golpe , es preferible beber con moderacion y las botellas de 0.5 o 0.33 son mejores en ese aspecto , aunque como vos decis en una fista no estaria mal.
    Aqui no hay birras en plastico ( pet ) hace poco se demostro que en las botellas de agua mineral de plastico hay un fenol retoxico , a tener en cuenta !!!

    pero bueno uno ya no sabe que es toxico y que no lo es?

    yo seguire con botellas de vidrio clasica , si es que algun dia aqui entran las de platico .


    saludos




    omar

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  2. En España creo que solo San Miguel sacó 1L en Pet acompañada de unos anuncios bastante divertidos en los que se enfatizaba el hecho de que era irrompible.
    Ninguna otra marca le hizo competencia y creo que ya no está en el mercado este formato.

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  3. El anuncio que menciono de Zlatopramen tampoco etaba nada malo. Un picnic a la vera de un río que se torna multitudinario cuando alguien abre una botella de la cerveza en cuestión.

    En Argentina también vendían botellas de plástico de 1l, Isenbeck, pero a lo mejor había alguna otra. No recuerdo haberlas comprado, aunque es posible.

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