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El viaje, días cuatro y cinco y observaciones

¡Qué bien que la pasamos en Český Krumlov! El clima no podría haber sido mejor. Estaba tan lindo que paramos a tomar un café bajo el sol en una terraza al lado del río. Algo inédito para esta época del año.

Como en Karlový Vary, tuvimos también mucha suerte con la guía que Czech Tourism nos había asignado. Una piba simpatiquísima que conocía muy bien todos los rincones de la ciudad y su historia y además parecía ser amiga de todo el mundo ahí. Nos presentó a varias personas muy interesantes y nos dejó con la impresión de habernos hecho con varios amigos nuevos. De más está decir, Krumlov, casi sin turistas es mágica.

Luego de despedirnos de nuestra nueva amiga fuimos a almorzar al lugar que teníamos pautado, un bolichón bien típico y muy acogedor, con una clientela mixta, justo al lado del museo de Egon Schiele. Curiosamente el mismo (y en la misma mesa) que el que fuimos con mi mujer cuando visitamos Krumlov poco después de casarnos. La comida, bien, pero nada memorable (con la excepción de la sopa, esta estaba de rechupete). La cerveza sí que estaba buena, al menos la Eggenberg Oscura.

Cuando terminamos fuimos a buscar las cosas al hotel y a emprender el camino a Praga. Largo, pero sin complicaciones. Hasta que nos fuimos acercando al centro.

Todos los hoteles fueron reservados (y pagados) por la Oficina de Turismo Checa en España, que también nos organizó el tema del auto. Se ve que no tuvieron esto último demasiado en cuenta cuando eligieron al Hotel Adria en la Plaza Wenceslao. Creo que a pata soy capaz de llegar a Václavák con los ojos vendados, pero en auto nunca había ido y nos tomó un par de intentos poder encontrar el camino.

El hotel, bien, bastante mejor de lo que esperaba, tengo que confesar. Sin llegar a ser el nivel de lujo del de Pilsen, la habitación era bastante cómoda y la cama quizás fue la mejor de todo el viaje. Todo bien salvo por un detalle, Internet.

Los tres hoteles en los que nos habíamos alojado antes también eran cuatro estrellas y en ninguno tuvimos que pagar por conectarnos a internet. A lo sumo tuvimos que bajar al lobby para subirse al Wi-fi, pero siempre fue gratis. Acá en Praga, no, el precio eran 400CZK por día. Un robo. En el centro hay una multitud de lugares en donde te podés comprar una taza de café o una birra y conectarte sin problemas ni gastos adicionales, pero en un hotel que te cobra 250EU por noche tenés que pagar aparte.

Ya que no podíamos matar el tiempo en internet tomamos la saludable decisión de ir a Kavovárna en Lucerna y tomarnos unas Kout. De ahí fuimos caminando hasta U Malého Glena donde teníamos programada la cena con concierto de Jazz (según el programa original, tendríamos que haber ido al Jazz Boat, me alegro que haya sido cambiado). La banda no estaba para nada mal, pero tocaba el tipo de Jazz que prefiero escuchar en casa mientras leo algún libro. Ahora, la cheeseburger que me pedí estuvo gloriosa (y a bastante buen precio por lo que me acuerdo). La cerveza se suponía que tenía que ser Lobkowicz Premium, pero me parece que era una de Jihlava. No que me haya molestado, para nada.

No nos quedamos a ver todo el recital, todavía teníamos algo que hacer, terminar la noche en Zlý Časy. Ahí sí que la pasamos bien, pero tampoco nos quedamos mucho, estábamos cansados, ya era tarde y el domingo íbamos a empezar temprano.

Demasiado temprano para lo cómoda que estaba la cama, pero no quedaba demasiada alternativa. Queríamos ir al centro antes de que empiece a llegar la gente, de ahí hasta Vyšehrad para grabar un cierre de todo el video, y después a almorzar a Pivovarský Dům para también poder grabar una introducción al capítulo de la cerveza (Comimos bastante bien, tomamos mucho mejor) y ya terminar con todo y despedirnos.

De todos los lugares a los que fuimos al único que no volvería es a Karlový Vary. No es una ciudad fea y no está mal como para hacer una excursión de un día, pero a menos que se tenga mucha plata y se sea un poco ingenuo, no es demasiado lo que hay para hacer.

Es notable el contraste entre Vary y Krumlov. Ambas están entre las ciudades checas más visitadas después de Praga, pero no podrían ser más diferentes. En la Ciudad Vieja de Vary no hay vida, solamente hay hoteles de lujo y trampas para turistas. La guía que tuvimos allí nos comentaba que los "Karlovovarenses" no visitaban esa parte de la ciudad, y se nota.

El caso histórico de Krumlov tiene más vida. Hay gente normal, común y corriente, que la pelea como todos nosotros que vive ahí y la gente que no vive en el centro va allí a comer, tomar algo, pasear, juntarse con amigos o a hacer trámites y eso es algo que también se nota mucho en la atmósfera (y los precios).

En otras palabras, el centro de Krumlov te invita a ser parte de ella sin importar quién o cómo seas, mientras que el de Vary es como que se fija en la marca de tus zapatos antes de decidir si te deja tocar algo.

Otro gran contraste fueron las visitas a Pilsner Urquell y Budvar. A la primera la disfruté ya que intenté verla con los ojos de mis dos acompañantes que de cerveza no sabían nada. La atracción, por eso es lo que es, está muy bien armada. La guía que tuvimos fue muy simpática y sabía bastante, pero era solamente eso, una guía profesional. Visitar los viejos sótanos está muy lindo, y la cerveza tirada desde uno de los toneles de roble está de puta madre, pero todo es una pieza de museo. En ningún lugar hay vida.

En Budvar nos estaba esperando el Gerente de Relaciones Públicas (gracias Petr) y nuestro guía fue el ex Gerente de Control de Calidad, un tipo que conoce el proceso de elaboración de pies a cabeza y nos enseñó un montón de cosas sin ser para nada aburrido. Pero lo mejor fue que lo que visitamos fue la fábrica de verdad. Nos dejaron entrar a la sala de cocción en donde vimos cómo estaban recirculando el mosto y nos dejaron probar un poco de la "sopa" esa antes de que pase a la caldera (algo que no está disponible a los turistas). La visita terminó en uno de los sótanos de maduración tomando directamente de uno tanques cerveza que más tarde se embotellaría y se vendería al público. Nos quedamos ahí bastante rato, charlando todos como amigos y tomando varías cervezas. Tuve la impresión de que si hubiésemos querido todavía podríamos estar ahí y mis dos colegas quedaron maravillados con todo lo que habían visto y aprendido.

OK, es cierto que la visita a Urquell la organizó Czech Tourism desde España y que la de Budvar la arreglé yo por teléfono con Petr Samec, pero dudo que ni una ni otra hubiesen resultado muy diferentes más allá de quién las haya organizado.

Tengo que decir que fue una experiencia genial. Me gustó estar frente a la cámara tanto tiempo además, claro, de poder visitar varios lugares en los que nunca había estado y conocer gente bastante copada. Igual, y más allá de todo eso, ya para el final estábamos todos bastante agotados y con muchas ganas de volver a casa, había sido todo muy intenso y muy largo. Pero no me estoy quejando, me gustaría hacer algo parecido de nuevo, si es que alguien me quiere contratar, pero estar de nuevo en casa con mi mujer y mi hija realmente no tiene precio.

Na Zdraví!

Comentarios

  1. Exelente nota , todo muy bien .
    Dentro de diez anios estar fuera de tu casa sin tu mujer y tu hija tendra un precio , el de la libertad , jajajaja


    saludos



    omar

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  2. Jajajaja Excelente Omar...

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  3. te estooy mirando en clasee turista!

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  4. Felicitaciones por la nota en Clase Turista. Por momento envidiaba por los lugares que elegiste para caminar, con 31 años siempre he deseado ir a Europa a conocer y ver Praga como lo han mostrado hoy es algo hermoso.

    Un abrazo desde Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina.

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  5. Acabo de devorarme la nota sobre Praha de Clase Turista ya que en 8 meses espero conocerla personalmente y degustar sus famosas cervezas. Felicitaciones! muy completo el informe! Saludo desde Rosario

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  6. A bueno. Filosofo Cervecero y Guia de Turismo. Ya no te queda nada para hacer.
    Me podes asesorar en mis dos nuevos hobies: la cerveza y praga, ambas dos desde la primera emision de Clase Turista.
    Por lo pronto ya empece a hacerme mi propia birra, no creo que compita con lo que estas acostumbrado, pero el sabor de hacerla uno mismo es indescriptible.
    En cuanto a praga me faltan unos cuantos morlacos (lease pesos, dolares, yenes, etc) para conocerla personalmente.
    Saludos desde Bahia Blanca, Argentina.
    Julian

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  7. Estimado Filosofo Cervecero:

    Fue un placer ver la nota que hiciste en Clase Turista. Vivir en una ciudad tan bonita debe ser un placer cotidiano. Mas aun si has de ser un amante de la cerveza en donde la cerveza esta tan arraigada.



    Desde Rosario te mandamos un abrazo grande y desde El Club del Vermut te invitamos una copa de nuestras mejores preparaciones. Sabemos que tu paladar se inclina a la malta de la cebada u otros cereales, pero creemos que sabras disfrutar el empeño y la dedicacion en un coctel.



    Saludos, Matias

    http://www.clubdelvermut.com.ar/

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  8. Genial la nota de Clase Turista! :) Un placer lo que haces!
    Espero visitar Praga, ya que mi amor es checo :) Pasala bien, saludos desde Salta, Arg.

    Patricia P.

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  9. Enhorabuena, y muchas gracias por la recomendación de Kavovarna. Por desgracia, al final no pude probar la Kout, pero no me puedo quejar ya que, además de tomar unas excelentes cervezas en Milán, Munich, Viena y Budapest, mi paso por Praga me llevó por Baracnicka Rychta (Svijany kvasnicove, maz y cerne), Dobra Trafika (Primator Weizen), U Kocoura (3 Bernard 12º kvasnicove), U Cerneho Vola (2 Kozel Svetly y 1 Cerny), Strahov (la Amber está buena, pero la IPA es maravillosa), U Medvidku (3 Oldgott y 1 X33), Literarni kavarna Tynska (Bernard Cerny), Tlusta Koala (Kocour Cherry y Herold Bohemian Polotmave), U Rudolfina (2 Pilsner Urquell tankova), Pivovarsky Dum (2 Svetly). Puf, creo que no está mal para dos días, lo malo es que se hace complicado visitar esa preciosa ciudad cuando uno está constantemente con ganas de mear. Lo bueno es que estoy seguro de que volveré pronto, por dos motivos: porque me quedaron muchos lugares por descubrir, y porque ansío repetir en los que ya estuve. Complicadísimo elegir: me encantaron todas, la IPA de Strahov me recordó muchísimo a la Punk IPA de Brewdog, la Kozel Svetly de U Cerneho Vola me sorprendió por el tremendo cuerpo que tenía, que atribuyo a lo bien que la tiraba ese entrañable barbudo gruñón. Quizás, si me viera forzado a elegir una sólamente, me quedaría con la Bernard 12º kvasnicove. Muchas gracias de nuevo por toda la información que dejas en tu blog.
    Un abrazo.
    Jose

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  10. Max.

    leyendo a egopathos y pensando en mi viaje, te tendrías que plantear pedir comisiones.

    por cierto, deberías aclarar bien el concepto kavasnicové (con levadura añadida creo que es)

    A mí también me gustaron las que más. Bernard y Svijany me parecieron increíbles. U Kocoura y Baranichka consiguen que la Urquel de Beseda parezca vulgar (y ya quisiéramos por aquí...)

    me gustó mucho Zatek kvasnicové, pero tu dices (la tomé en verylba) que es nefiltrované. Me gustaría tenerlo más claro.

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  11. Tiene razón Josetxo. Buscando por la red, descubrí lugares interesantes a los que ir a probar cervezas en Milan, Munich, Viena y Budapest, pero se trataba fundamentalmente de Brewpubs; lo de tu blog es diferente: cuando uno se informa sobre la cantidad de cervezas que hay en Chequia, es fácil pensar que en Praga te las vas a encontrar por cualquier sitio. Sin embargo, en 9 de cada 10 bares de Praga sólo sirven Pilsner Urquell. Creo que hay es donde radica lo que diferencia a este blog de otras fuentes de información cervecera sobre la República Checa. No sólo hablas de las cervezas, sino que describes fielmente los locales. Un ejemplo: llegamos en coche a Praga relativamente tarde, ya que tras aparcar y registrarnos en el hotel eran más de las siete de la tarde. Como estábamos en Mala Strana, propuse a mi chica ir a Baracnicka Rychta, para poder comer un gulash con Svijany; sin embargo, cuando lo encontramos, vi que en la puerta tenían un gran cartel de Pilsner Urquell. Dudé por unos segundos, pero luego pensé "Max Bahnson dijo que aquí servían Svijany", así que entré y, bueno, mi primera jarra de cerveza checa kvasnicové es una de esas pequeñas experiencias que no se te olvidan en la vida.
    Un abrazo.
    Jose

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  12. Tiene razón Josetxo en lo de las comisiones. Buscando por la red, encontré lugares geniales donde tomar excelentes cervezas en Milán, Munich, Viena y Budapest, aunque se trataba de brewpubs que hacían su propia cerveza; sin embargo, con el tema de Praga, la cosa se complica. Dada la cantidad de cervezas diferentes que se fabrican en la República Checa, la mayoría desconocidas en España, uno piensa que va a ser sencillo tomarlas cuando se viaja allí; pero luego, al llegar a Praga, compruebas que en 9 de cada 10 bares sólo sirven Pilsner Urquell. Ahí radica lo especial de este blog: no sólo das información sobre las cervezas, sino que describes a la perfección los lugares donde las sirven, hasta el punto de que he tenido cierta sensación de deja vu. Un ejemplo: llegamos a Praga relativamente tarde ya que, tras aparcar el coche y registrarnos en el hotel, nos habían dado más de las siete de la tarde. Como estábamos en Mala Strana, propuse a mi chica ir a cenar a Baracnicka Rychta, para poder tomar un gulash acompañado de cerveza Svijany; sin embargo, cuando encontramos el local, quedé aturdido al observar el gran cartel de Pilsner Urquell sobre la puerta. Dudé unos instantes, y luego pensé “qué narices, Max decía que aquí servían Svijany”, así que me decidí a entrar. El resultado: tomar mi primera jarra de cerveza checa kvasnicové es una de esas pequeñas experiencias que, pese a su aparente banalidad, acabas recordando el resto de tu vida. Yo la experimenté en Baracnicka Rychta, tomando una Svijany, y eso nunca habría sucedido de no ser por este blog. Muchísimas gracias y un abrazo.
    Jose

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