Ir al contenido principal

Paseo Cervecero a Litoměřice - 2ª Parte

No tardé mucho en dejar la ciudad atrás y para que el camino empiece a ir cuesta arriba hacia el castillo Střekov, el bonito suburbio de Brná y los bosques. A excepción de un par de secciones afortunadamente cortas, la cuesta no era demasiado empinada, era el tipo de gradiente que de a poco te chupa la energía, máxime cuando piedras, raíces y otros obstáculos menores te impiden mantener el ritmo del paso. Otro problema era que la senda no estaba del todo bien marcada en algunas partes y más de una vez perdí el camino y tuve que volver sobre mis pasos, hasta que en la localidad de Sebuzín no doblé cuando tenía y no me di cuenta sino recién después de haber caminado cuesta abajo más o menos un kilómetros. Después de considerar mis alternativas, le pedí a la aplicación Mapy.cz que me trace una ruta alternativa, que resultó ser un par de kilómetros más larga, pero con una subida más suave. 

La caminata fue tan difícil como esperaba, dado mi estado, y hubo momentos en los que dudé de la sensatez de la aventura, pero las vistas y la total tranquilidad que me rodeaba con creces compensaron el sufrimiento. Cuando llegué al punto más alto encontré un lugar para descanso y tomé una pausa algo prolongada para admirar el panorama de České Středohoří y sintiéndome muy bien conmigo mismo. A partir de ahí, el camino sería casi todo cuesta abajo y ya había cubierto dos tercios de la distancia.

La ruta me llevó a la localidad de Hlinna, a unos pocos kilómetros de Litoměřice. No lo había planeado, pero vi una hospoda y no pude resistirme. En ese momento, no había nada en el mundo que quisiera más que una cerveza, y esa Gambrinus estaba deliciosa; la segunda, a la primera prácticamente no la registré. Podría haberme quedado, el día era hermoso, la camarera era simpática y la birra estaba tan rica como cualquier birra fría puede estar en una tarde soleada después de una larga caminata, pero resistí la tentación de una tercera porque me pareció que tranquilamente se podría convertir en una sexta, lo cual no sería una buena idea. 

Tardé menos de una hora en cubrir los últimos 5 km. Me registré en la pensión, me di una buena y larga ducha y descansé un poco; apenas unos minutos, no quería quedarme dormido, quería salir de joda, o al menos a tomar un par de cervezas.

Una vez que mis pies recuperaron las ganas de ganas de caminar, fui por una ruta indirecta a Minipivovar Labuť. Lo había visitado en 2012 con Hanz de Zlý Časy y Gazza Prescott en una escala que hicimos en el camino de vuelta después de hacer el primer lote de Gypsy Porter en Pivovar Kocour. Por suerte, el jardín estaba igual, tan lindo como lo recordaba. Pedí la 10 de la casa; cerveza competente, del tipo que no irías a buscar pero que no te molesta encontrar, pero podría haber estado mejor servida, en un vaso fresco. Mientras la tomaba, de golpe me di cuenta de la lija que tenía, pero lo único que había eran cosas para acompañar la cerveza y yo necesitaba algo más sustancioso que utopenec y hermoš y partí en su búsqueda, justo cuando los vecinos empezaban a llegar la cosa empezaba a tener onda. Por suerte, sabía que Biskupský pivovar U sv. Štěpána toeme mi restaurante y que no estaba lejos.

El jardín, que seguramente sería muy lindo si no estuviese al lado de una calle con mucho tráfico, estaba lleno, así que fui adentro y me sorprendió un poco ser el único cliente ahí. El salón es moderno en esa onda impersonal de sucursal de cadena de restaurantes ni caro ni barato, con muchas líneas rectas y beige. Para un boliche que funciona en un edificio religioso, esperaba otra cosa, no sé exactamente qué, pero seguro no una copia de Potrefená Husa.

La camarera vino a tomar el pedido apenas mi culo tocó la silla – algo que me encanta de los boliches checos. No tenían la desítka así que pedí la 11 de la casa. Buena cerveza, como un artesano que hace su laburo bien, pero sin ninguna pituquería, y podría decir lo mismo de la hamburguesa. Lamentablemente, no puedo decir lo mismo de las otras dos cervezas que tenían de barril: Štěpán 12° y una polotmavá 13°, y es una verdadera lástima. Estoy seguro de que serían muy buenos especímenes de sus respectivos estilos si no las hubiesen cagado con el malabarismo en el grifo. A lo mejor saben de lo que hablo, la cerveza sale con demasiada espuma así que llenan de a poco dos vasos, hasta que uno tiene la suficiente cerveza y el otro suele quedar ahí, debajo del grifo, hasta el próximo pedido, y el proceso se repite. ¿No hay nadie en esa empresa que pueda evitar eso? ¿No se dan cuenta del daño que le hace a su producto? ¿Les importa?

Seguía de buen humor, me sentía bien y creo que mantuve la sonrisa hasta quedar dormido, sabiendo que al día siguiente habría más cerveza.

(Continuará…)


Na Zdraví!

Hospůdka Hlinná
Hlinná 89, Hlinná
+420 727 831 787
Tue-Wed: 17-22, Vie: 17-24, Sat: 14-24, Sun: 14-20

Minipivovar Labuť
Zítkova 784/5, Litoměřice - Předměstí
+420 416 534 837 – info@olor.cz
Sun-Mon: 11-22, Tue-Thu: 11-23, Fri-Sat: 11-24

Biskupský pivovar U sv. Štěpána
Komenského 748/4, Litoměřice - Předměstí
+420 703 379 302 – rezervace@biskupskypivovar.cz
Mon-Thu, Sun: 11-22, Fri-Sat: 11-23

Comentarios