Ir al contenido principal

Observando

El festival cervecero alternativo de Zlý Časy es algo espectacular. No tendrá la escala,la promoción o la convocatoria del Český Pivní Festival, pero desde el punto de vista estrictamente cervecero ha sido impresionante. Todos los días, en ocasiones más de una vez por día hay algo nuevo, nunca antes visto en Praga, y muchas veces de calidad casi soñada, como por ejemplo la pseničné pivo del flamante Pivovar Matuška (el proyecto personal de Martin Matuška, el maestro cervecero de Pivovar Strahov), quizás la mejor cerveza checa de trigo que he probado, de una deliciosa complejidad de sabores (que es posible que tenga un grifo más o menos estable luego del festival); o la Kopřivnice Uhlo, una cerveza de notas casi belgas, que me hizo acordar a alguna dubbel, a pesar de ser una lager oscura. Y podría seguir enumerando.

Pero una de las cosas que más me ha divertido es ver las caras de algunos clientes cuando piden una cerveza. Los clientes de Zlý Časy se pueden dividir en dos grupos durante la hora del almuerzo y temprano a la tarde, los que van atraídos por porciones generosas de comida simple pero sabrosa y a buen precio, y los que vamos más que nada por la oferta cervecera. Del primer grupo, aquellos que acompañan la comida con cerveza generalmente suelen pedir "pivo" y lo que reciben es un vaso de Kácov 10%. No esta semana, la desítka de cabecera le cedió el lugar al festival, así que cuando alguien pide "pivo", la respuesta de los camareros es "cuál?".

"Desítka", dice el parroquiano.

"No, hoy no tenemos desítka", contesta el camarero/a.

"Entonces, qué tienen?", pregunta el parroquiano algo confundido a lo cual el camarero responde enseñándole la pizarra donde están escritos los nombres de las cervezas del día. Es muy graciosa la cara que muchos ponen al leer una lista llena de nombres aparentemente exóticos, pero que en realidad se tratan de cervecerías mucho, mucho más "checas" que Gambrinus o Pilsner Urquell. Algunos se dejan sugerir, otros piden lo más liviano que se esté tirando, pero todos terminan sorprendidos y muy satisfechos por la calidad de lo que están tomando.
Na Zdraví!

N del A: He ido casi todos los días al festival de Zlý Časy y sólo una vez al de Letňany, no porque tenga nada en contra de este último, a pesar del mal sabor que me dejó el papelón organizativo del viernes (la cosa por suerte parece ahora estar funcionando de mil maravillas y casi todos con los que hablado no tienen más que elogios para el evento). Es que Nusle está mucho más cerca del centro que Letňany y no tengo que esperar hasta las 15 para sentarme a comer y tomar algo, eso sin mencionar la cantidad de cervezas nuevas, la gente conocida que me encuentro cada día, etc. etc.

Comentarios

  1. Observando uno de los carteles que aparecen en la foto, seguro que más de uno de esos "desorientados" se pidio una Schlenkerla ¡Tanta variedad autóctona para acabar degustando una Rauchbier de Franconia!

    Saludos,

    Pep

    ResponderBorrar
  2. El cartel de Schlenkerla es publicitario, la tienen solamente en botella (aunque la han tenido de barril un par de veces).

    Igual (fuera del festival, claro), cuál es el problema. Sea de donde sea esa rauch es una cerveza excelente. Cuanta más variedad, mejor!

    ResponderBorrar
  3. Bamberg no es sólo una ciudad preciosa, sinó que elabora dos cervezas que estan en mi top ten. Esa Rauchbier es buenísima y, como muy bien indicas, cuanta más oferta mejor, ya sea allí o en cualquier parte del hemisferio.

    No me supe expresar claramente. Símplemente consideré que siendo fechas de festival cervecero y ante la avalancha de calidad autóctona, lo propio sería tomarse una cerveza del lugar. Espero que cualquier no introducido haya apostado por alguna de ellas. ¡Tiene todo el resto del año para catar una Schlenkerla!

    Pero... ¡cada uno es libre de hacer lo que le plazca!

    Saludos,

    Pep

    ResponderBorrar

Publicar un comentario