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Vikingos coporativos

Hasta ahora la mayoría de las cervezas noruegas que había probado fueron del tipo artesanal, algunas de las cuales me gustaron mucho. Sin embargo, como pasa en todo el mundo, no son ellas las cervezas que la mayoría de la gente toma.

La ley noruega que regula el comercio con bebidas alcohólicas parece estar hecha a la medida de las macros. Sólo cervezas con un máximo de 4,75%ABV pueden ser vendidas en negocios, el resto (junto con vinos y bebidas espirituosas) sólo pueden ser adquiridos en el monopolio estatal de licorerías. También hay restricciones en los horarios en que las bebidas alcohólicas pueden ser vendidas, además, los impuestos son verdaderamente altos. Esto, junto con las considerables distancias de Noruega, pone muchas trabas a productores artesanales. No es de extrañarse entonces que el panorama esté dominado por un par de grupos cerveceros, y todos sabemos lo que ello implica.

Mi amigo (y reciente bloguero cervecero) Kristian me trajo cinco muestras de cervezas industriales noruegas. Una de Ringnes y las otras de Hansa (la macro de su cuidad natal).

De más está decir que mis expectativas no eran muy altas cuando empecé por las dos Pils, la Ringes y la Hansa.
Voy a ahorrarles tiempo y transcribir mis notas como si se tratase de una misma cerveza. Dorado pálido con carbonación ligeramente excesiva, espuma que desaparece rápido. Poco aroma, ligeramente metálico (aunque esto puede ser debido a la lata). Cuerpo más ligero que ballerina anoréxica. Bordeando lo insípido, aburrida, con algo de malta hacia el final. La única diferencia es que la Hansa es un poco más amarga, como si alguien, por error más que diseño, hubisese dejado caer un par de pelets más durante la cocción.
Ya estaba preparado para un desfile de uniformidad corporativa cuando abrí la Hansa Bayer. Color cobrizo, menos gas, algo más de espuma. El cambio no sólo se nota en el color, sino en los aromas, ligeras notas de caramelo con algo seco, tipo hierbas desecadas. Algo más de cuerpo (a la ballerina la pusieron a una dieta altamente calórica). Domina el caramelo en el paladar, con algunos matices frutales. Termina seca, pero el caramelo siempre queda. Tengo que admitir que me gustó. Diría que es una versión algo aguada de una buena polotmavé checa.
Como todavía estabamos cerca de las navidades, no podía faltar una cerveza a propósito de la temporada. Hansa Jule Øl. Como todas, con 4,75%ABV (de hecho, muchas son las cervecerías que elaboran dos tipos de cerveza de navidad, una para ser vendida en negocios regulares, y otra más fuerte para las licorerías estatales). Un tono más oscura que la Bayer, menos aromática. El sabor también es parecido a la Bayer, pero más aburrido y menos balanceado. Para hacer una analogía navideña, esta cerveza me pareció como un regalo que se le compra a ese pariente que mucho no queremos, o sea, algo de compromiso y para salir del paso. Al menos Hansa sí hace una cerveza especial para navidad, no como varios pivovary checos que solamente le ponen una etiqueta de temporada a alguna de sus cervezas de producción regular.
Había dejado la Hansa Pale Ale para el final. Era la que más curiosidad me había despertado. Una Ale entre tanta macrolager y además artesanal. Kristian me contó que Hansa opera una microcervecería, en donde se prueban nuevas recetas, las que resultan populares se siguen elaborando de manera regular. La Pale Ale creo que es una de ellas, pero tiene ese toque de familia. Ámbar claro, bronce. Poco aroma, algo seco, algo de frutas. Aguada, aburrida, final levemente acaramelado. En fin, muy floja.
No son cervezas que quedarán en mi memoria. De estar ne Noruega, la única que tomaría con ganas es la Bayer, pero tampoco con demasiadas, el resto son arquetípicamente macroindustriales, incluso la pseudo artesanal. Me alegra por los cerveceros noruegos que al menos de manera limitada tienen una oferta mucho mejor y más interesante por parte de las artesanales.

Na Zdraví!

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