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Gustos navideños

Luego de volver de Bělec fuimos a comer algo rápido a un lugar olvidable y volvimos a Pivoňka a preparar la degustación de cervezas de navidad, que se llevaría a cabo en el lindo sótano muy bien acondicionado que el dueño del edificio le permite usar a Filip. El lugar es muy acogedor, máxime teniendo en cuenta el desagradable clima reinante afuera.
Cinco serían las muestras, dos de ellas para mí conocidas: Opat 17° Sváteční speciál y Krakonoš 14° Vanoční Speciál. El resto, novedades: Holba Vanoční Šerák 13.51%, Janáček Vánoční speciál y Weltenburger Kloster Winter Traum, una invitada alemana.

Los invitados empezaron a llegar. Para abrir el apetito empezamos con una Kocour Pale Ale, que me gustó mucho más que la última vez que la había tomado. Bien seca, pero con un suave toque frutal como para balancear. De cuerpo ligero, se dejaba tomar muy bien. Una curiosidad sobre esta cerveza, la etiqueta lista centeno como primer ingrediente después del agua.
La primera en presentarse fue Janáček Vánoční speciál, al ver la graduación balling en la etiqueta, 14, empecé a tener ciertas sospechas. Janáček elabora la ocasionalmente muy buena Comenius con exactamente la misma graduación. No es que la Comenius me disguste, sino que no se trata de una cerveza especial de navidad, ya que es elaborada durante todo el año, y es algo que otras cervecerías hacen, poner una etiqueta navideña a alguna de sus cervezas de producción regular. No podría haber estado más equivocado. En lugar del dorado de la Comenius, esta Vánoční speciál es de color ámbar. Aromas maltosos y ligeramente acaramelados, con notas de clavo y algo de cítrico. Al tomarla sigue el caramelo, aunque más tirando hacia el almíbar, todo cambia hacia el final, amargo, seco y con algo de especias. Sorprendente y muy rica.
En segundo lugar llegó la Holba Vanoční Šerák 13.51%. Acá sí que esperaba muy poco. Hasta entonces nunca había tomado una cerveza de Pivovar Hanušovice que me haya gustado. Me llevé otra sorpresa. Como la anterior, ésta también es de color ámbar. El aroma aquí era un lindo balance entre caramelo y cítricos. El tragó empezó almibarado para terminar en amargor intenso que me hizo acordar un poquito a alguna IPA checa que probé por ahí. No era ninguna maravilla, había algo que estaba un poco fuera de tono, pero se dejaba tomar. La pude volver a tomar unos días después en Pivovarský Klub y me pareció haber estado tomando otra cosa. Nada de amargor, nada de sabor, parecía algo que se había sobrecocido. Y me hizo quedar mal, porque se la recomendé a Velký Al y, bueno, mi amigo no terminó muy contento. Extraño. Voy a ver si la puedo conseguir de nuevo, a lo mejor la gente de Holba se equivocó y a Hrádec mandó una cerveza decente.
A partir de la tercera, las cosas empezaron a ir en picada. Krakonoš 14° Vanoční Speciál es una vieja conocida, que también se elabora para las pascuas. Si bien nunca me maravilló, siempre me gustó, me pareció una cerveza sólida y confiable. Me gustaría saber qué fue lo que le pasó al gigante. Qué poco me gustó esta cerveza. Me dio la impresión de algo que sacaron antes de tiempo y me hizo acordar a esa CAR de dos semanas que había tomado unas horas antes. Tanto en el aroma como en el sabor se sentía mucha aspereza, como algo no del todo bien cocido que oprimía a todo el resto y hacía del trago algo no del todo agradable. Una lástima.
Lo que siguió fue lo cerveceramente más confuso de la velada. Opat 17° Sváteční speciál. A esta cerveza la había probado por primera vez el año pasado y me había gustado realmente mucho, tanto que estaba ansioso de poder volver a tomarla este año. Todo el entusiasmo se me fue al piso cuando serví la cerveza y vi que lo que caia en el vaso no era el líquido ámbar que conocía, sino algo de dorado pálido. Al tomarla mis sospechas se confirmaron, no era la misma cerveza. No había manera que lo que había en el vaso se trataba de una 17°, me dio la impresión de que la botella tenía la etiqueta equivocada. Ni siguiera la terminé. Me puse un poco triste porque Opat es un pivovar al que le tengo cierto cariño. La tristeza no se disiparía sino hasta un par de días más tarde, cuando pude volver a tomar esta cerveza en Zlý Časy y me encontré con aquella cerveza que tanto me había gustado el año pasado. Tal como dice Evan Rail un su muy buena reseña, es una cerveza con sabores y aromas muy especiales.
Quizás la que más curiosidad me había causado fue la Weltenburger Kloster Winter Traum, de Alemania. Tanto así que estuve a punto de llevarme una botella. Menos mal que decidí esperar a la degustación. Sólo se la puede describir como aburrida, algo elaborado sin ganas. De especial, tiene poco y nada. Cualquier 13° checa rubia del montón tiene más credenciales de cerveza de navidad que esta.
Ya eran pasadas las diez de la noche y todavía teníamos que emprender el camino de vuelta a casa, había llegado la hora de despedirnos de Filip y el resto de la gente, entre los que se encontraba Josef, dueño del Minipivovar U Hušků. Realmente la pasamos muy bien en Hrádec Králove, una cuidad que recomiendo a todos visitar (a pesar de su poco espíritu navideño) y a la que seguramente volveré. Gracias de nuevo a Filip por habernos invitado. La mejor fortuna para vos y tu emprendimiento.

Na Zdraví!

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