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Llegó el otoño

Se acabó el calor, así de golpe, sin más transiciones. Mis finanzas no han cambiado tan drásticamente como el clima,pero han mejorado un tanto. No lo suficiente como para permitirme volver a explorar, pero sí como para asistir a los dos maravillosos festivales de cervezas artesanales que tuvieron lugar en septiembre.

Cuántas cervezas maravillosas tomé en esos dos festivales, sumadas a las varias que pasaron el resto del mes.

Casi apenas empezado Septiembre tenía un ganador. No sólo por la calidad de la cerveza, sino más que nada por ser subversivo y polémico. Había elegido la Kukuřiční Ležák de Chýně. Sí una cerveza de maiz. Mi elección había sido en parte inspirada en este post en "A Good Beer Blog". Había probado la versión de fermentación alta el año pasado y me había gustado bastante, este año, la versión lager me gustó bastante más. Junto con las notas frutales que son como una firma de casi todas las cervezas de Chýně, se siente el maiz en forma de pochoclo. La cerveza nunca intenta disimular su ingrediente maldito, por el contrario, lo grita a los cuatro vientos. Pero a la manera de Stella Artois que lo hace como truco marketinero para ocultar el hecho que usa el cereal como adjunto barato. Ésta es una cerveza orgullosa de ser lo que es.

Pero a pesar de lo mucho que me gustó la Kukuřiční Ležák, no hubiese sido una elección justa. Unos días más tarde asistí al festival en Praga 11 y terminé fascinado con varias cervezas, desde la soberbia teabeer hasta la potente Weizen Dopplebock 19%, pasando por la deliciosa Bilinné, tirada desde el barril de roble donde había sido reposada, y la casi legendaria Jihoměsťasnká 11°, que estuvo a la altura de su reputación.

Como para hacer las cosas más difíciles, una semana más tarde fui al festival Slunce ve Skle en Pilsen, que no fue otra cosa que una gran orgía de cervezas artesanales. Doce elaboradores de todo el pais presentaron unas 40 cervezas distintas. Simplemente impresionante por la variedad y calidad de la oferta. Varias de las cervezas que tomé ese día me impactaron y podrían ser justos ganadores del premio de este mes.

Pero tampoco sería justo si me olvidase de dos cervezas que ya había probado hacía unos meses y reaparecieron durante las últimas semanas. La primera de ellas fue la Janáček Comenius 14°. La había tomado por primera vez el año pasado y no me había parecido demasiado buena. En el Pivní Festival Praha, la volví a probar sin que me llamase demasiado la atención, pero cuando la estuvieron tirando en Pivovarský Klub me encontré con una cerveza distinta, fue como si hubiese encontrado su identidad, tanto en aroma (donde predomina la cáscara de limón) como en sabor (que empieza con caramelo y frutas y rápidamente se transforma en algo bien, bien seco). Realmente me gustó mucho.

Otra que cambió, y también para mejor (aunque ya antes estaba muy buena) fue la vieja y querida Křižikova 17°. La pregunta que nos hicimos varios de los que la tomamos fue si era la misma cerveza. Más oscura, más acaramelada, más rica, mejor.

Así que después de mucho meditar y considerar decidí darle el premio a alguien que lo viene arañando ya hace un par de meses, y me refiero a Kocour Vandorf, que no se cansa de sacar cervezas grandiosas. Cuál de las que me fascinaron este mes se lo lleva, si la IPA, si la EPA, si la Stout, si la V3 rauch, es difícil decir, aunque me inclino hacia la V3. Por un lado porque no es una cerveza de estilo en sí misma, y por otro por el maravilloso concepto detrás de ella. Sí, quizás como Rauch, me gustó un poco más la de Purkmistr, pero como idea, la V3 no tiene rival.

Na Zdraví!

Ah! Me había olvidado. Durante septiembre tuve el placer de poder tomar 33 cervezas que no había degustado este año, muchas de ellas novedades absolutas para mí, además de excelentes. La cuenta en lo que va del año se eleva entonces a 277.

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