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Enfrentando la realidad

El consumo de cervezas sin alcohol en Chequia ha crecido enormemente en este último par de años. No tengo cifras (como periodista de investigación soy bastante haragán), pero pueden creerme.

Hay varios motivos para ello. Nuevas leyes de transito, si bien hace ya mucho tiempo que en Chequia no está permitido beber ni una sola gota de alcohol si se conduce, los controles hoy día son mucho más estrictos y las multas (o sobornos) bastante más onerosos que antes. Un lento, pero constante cambio en estilos de vida; cada vez hay más gente, en especial entre los jóvenes, que cuidan su dieta y son más medidos a la hora de tomar alcohol. Un cambio en la cultura corporativa de varias empresas, sumado a la mudanza de oficinas a cajas de metal y vidrio en las periferias de, por ejemplo, Praga; tomarse una o dos cervezas con el almuerzo ya no es una opción, sea porque el empleador no lo permite (sí, incluso en este pais existen empresas de ese tipo, en su mayoría yankis) o porque en la cantina de su prisión de al menos ocho horas diaras no se venden bebidas alcohólicas.

Todo esto por supuesto que no ha escapado la atención de las cerveceras. Al haber más demanda o mercado potencial, la oferta se incrementa; muchas son las cervecerías que recientemente han sacado al mercado una Nealko. Lo cual ha generado competencia. Hoy las nealko ya no son algo tan marginal en la cartera de productos, sino que ahora son promocionados algo más agresivamente.

Pero creo que gran parte de este fenómeno se debe a un notable incremento en la calidad, generado por la competencia y la mayor oferta. Muchos de los que antes, estando en una situación en la que no podían tomar alcohol, tomaban jugos, bebidas gaseosas o agua mineral, hoy eligen una nealko.

Me acuerdo de mi primera experienca con una cerveza sin alcohol en Praga. Estaba con un amigo en el viejo estadio de invierno de Slavia mirando un partido de hockey sobre hielo cuando el bagre empezó a picar. Fuimos al stand al lado de la tribuna y nos pedimos sendas salchicas con una cerveza. Ya su aroma me pareció extraño, y su sabor, repugnante. Le pregunté a mi amigo si no notaba nada raro y él me dice "Me parece que nos dieron una Nealko". Lo cual fue confirmado por un cartelito en la ventana del stand.

Me tomó bastante tiempo animarme a volver a probar una cerveza sin alcohol. Y si mal no me acuerdo, no fue sino hasta alguna de las degustaciones en Pivovarský Klub que lo hice. Entonces me sorprendió encontrarme con un producto más que bebible, completamente distinto a aquel que terminó en un cesto durante el partido hockey. Otras cerveceras presentaron sus nealko en sus respectivas degustaciones, algunas me gustaron más que otras, pero ninguna me repugnó, así que decidí explorar un poco por mi cuenta y probar algunas.

La primera fue la Budvar Nealko, una que hace mucho que está en el mercado. En ella se pueden apreciar algunas características típicas de casi todas las nealko, mayor gasificación, color más claro, un aroma donde predomina el ceral crudo y cuerpo ligero. Su sabor, sin embargo es sorprendentemente amargo y refrescante. Se deja tomar muy bien.
Luego probé la nealko de la otra cervecería de České Budějovice, Budweiser Burgerbäu Pito (nada de chistes fáciles con el nombre, por favor). Ésta es un poco más a la antigua, y con eso me refiero a fea. Sabor tremendamente químico que deja un gusto muy desagradable, no pude terminar el vaso.
Le llegó el turno a Bernard Free, la cual audazmente puse como parte de la degustación de que fue el tema de La Ronda #3. Su color es casi como el de una desítka, la espuma es persistente, a los cereales crudos se le suman notas de canabis y flores. Al tomarla también hay canabis y el final es aún más amargo que el de la Budvar. Me gustó mucho. Me atrevería a decir que esta nealko bien podría engañar a un paladar poco entrenado. Bernard también elabora Free Jantár, una ámbar sin alcohol, que es, claro más acaramelada que la rubia. No me gustó tanto, pero se deja tomar, es algo distinto. Ambas se venden sin pasteurizar
La última fue la Radegast Birrel, elaborada por la cervecera más grande del pais, es por ende la más popular y fácil de encontrar. Fue también la primera en empezar a venderse de barril, y fue justamente esta versión la que probé. De botella o lata no me gusta, pero tirada es mucho más tomable. Menos carbonatada, cuerpo algo más sedoso y sabor no tan artificial.

El futuro de las nealko pinta también interesante. Cada día son más las cervecerías que ofrecen su cerveza sin alcohol en barril y hay al menos una versión artesanal que, cuando la probé en el festival Slunce ve Skle en Pilsen, me pareció muy buena, era bien oscura y estaba saborizada con café, una rica e interesante bebida.

Si bien algunas me agradaron (en especial Bernard Free, que hasta elegiría antes que Stella Artois y similares) ninguna podría reemplazar a una cerveza de verdad. Como dice un amigo, las cervezas sin alcohol son algo que uno toma por obligación más que por elección. Es por eso que es muy bueno saber que para aquellos que, por cualquiera sea el motivo, no pueden tomar una cerveza, existen opciones más sabrosas, sanas y hasta refrescantes que gaseosas, agua mineral o jugos envasados. Yo, mientras tanto me voy a abrir una Svijany.

Na Zdraví!

Comentarios

  1. que graaaande... uno de los mejores post que hiciste,,,voy a probar la bernard que decis es sin pasteurizar... a las nealko jamas las toque pero me arrojo a la aventura....

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  2. Muy bueno tu blog y tus laburos de investigación son muy interesantes también. Siempre me cuelgo un rato leyendolos y te admiro por la cantidad de buenas birras que has bebido. Cerveza sin alcohol ?... he probado varias pero nunca terminaron de convencerme. Visita mi pequeño y recién creado espacio http://maexchen.wordpress.com
    Saludos desde Mar del Plata !

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  3. Por españa la cosa tampoco pinta nada bien con este tipo de cervezas. Aún no he encontrado ninguna que pueda llegar a engañar a un paladar poco entrenado. Cada gran cervecera tiene su marca, pero ninguna merece mucho la pena...

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